Un lavadero de autos. Esa fue la solución más lúcida –y cargada de rencor– que encontró Walter White a las montañas de dinero que comenzaban a amontarse en su casa, producto de la elaboración y comercialización de metanfetaminas. La mujer del profesor de Química, al tanto de la actividad narco de su esposo, decide ponerse al frente de A1A Car Wash para darle apariencia de legalidad al dinero sucio.
La trama pertenece a la serie de televisión Breaking Bad, pero como en la ficción, Marco Estrada Gonzáles habría utilizado un lavadero de autos como pantalla. Al parecer, al igual que “Walt”, el jefe de la 1-11-14 hizo del lavadero un negocio familiar. Al menos, así lo creen los investigadores detrás del narco peruano.
Auto Spa es el nombre de fantasía del car wash que fue allanado hace dos semanas por orden del juez federal Sergio Torres. “Marcos”, su esposa, Silvana Salazar, y sus hijos J.A.E. y J.T. conforman la firma MS JJ & Asociados SRL, creada para darle el marco legal correspondiente al lavadero. Según se sospecha, habría sido concebido gracias al dinero obtenido de manera ilícita, es decir, por la comercialización de drogas. Lo mismo que habría pasado con la residencia que habitaban en un barrio privado de Ezeiza, vehículos y motos de alta gama, todos adquiridos en 2014, el mismo año en que le fue concedida la libertad condicional al capo narco, pese a haber admitido ser narcotraficante en juicios abreviados.
La sociedad de la familia Estrada Gonzáles declara ante la AFIP “Lavado automático y manual de vehículos automotores” como actividad principal, con fecha de inicio de actividades el 18 de noviembre de 2015 y un capital inicial de 100 mil pesos.
Fuentes del caso indicaron a PERFIL que secuestraron documentación que está siendo analizada. Los investigadores, entre ellos el fiscal federal Juan Pedro Zoni, quieren conocer la situación patrimonial de los cuatro socios y si existe sobre ellos algún reporte de operación sospechosa (ROS), un informe que fue solicitado a la Unidad de Información Financiera (UIF), a cargo de Mariano Federici.
El lavadero no sólo sería parte del entramado de lavado de dinero del peruano, sino también una pieza fundamental en la estrategia que presentan sus abogados ante la Justicia Contenciosa Administrativa para ganarle la pulseada a Migraciones y a la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias, en cuanto a la revocación de su residencia. Con el establecimiento, “Marcos” intenta demostrar que tiene en Argentina un negocio lícito.
Auto Spa –que además ofrece lubricación y mantenimiento ligero, espacio recreativo, estacionamiento, bar y comidas rápidas– no fue sencillo de encontrar: la sociedad fue radicada en la casa del country de Ezeiza donde vivía “Marcos” y no había ninguna pista de su ubicación real. Las tareas de investigación y escuchas telefónicas, a cargo de la División Antidrogas Especiales de la Policía Federal, lograron ubicarlo a varios kilómetros de distancia: en la avenida Libertador General San Martín de Caseros, localidad del partido de Tres de Febrero, no muy lejos del ex lavadero de autos de Miguel Angel “Mameluco” Villalba, condenado a 23 años de prisión por narcotráfico.
Un adelantado. Cuando salió de prisión, en 2009, luego de cumplir una pena anterior, “Mameluco” intentó limpiar su imagen con un lavadero de autos: Estilo era el nombre del local, ubicado sobre la avenida Presidente Perón y Caseros, en el partido de San Martín. Aseguraba que recibía 120 autos por día.
Allí, el capo narco del norte del Conurbano recibía a periodistas y coordinaba todo tipo de reuniones. Incluso las que lo impulsaron en su carrera para alcanzar la intendencia en 2010. Pero, tras el secuestro de 30 kilos de marihuana en el domicilio de uno de los empleados del lavadero, las reuniones se volvieron clandestinas. Estuvo prófugo cuatro meses hasta que fue atrapado, en agosto de 2011. En la actualidad, Estilo permanece abandonado.
Los Magníficos, adjudicado a los hermanos colombianos John, Reymond y Fabián Martínez Grajales, se había convertido en el car wash más concurrido de Nordelta. Hasta que, en 2013, el juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santamarina ordenó los allanamientos que desbarataron la organización narco liderada por Antonio de Jesús Yepez Gaviria, que operaba desde la ciudad-pueblo. Los detectives creen que el lavadero fue adquirido con dinero producto del narcotráfico y que, además, servía para “dibujar” los números de su patrimonio.
Sociedad familiar
Auto Spa se convirtió en el primer empleo de los hijos del capo narco Marco Antonio Gonzáles, al menos, registrado. Además de ser socios de MS JJ & Asociados SRL, J.O.T. Y J.A.E. figuran como empleados de la firma, creada en 2015. Un año antes, con su padre en prisión, habían adquirido coches y motos de alta gama que no cuadran con sus ingresos ni los de sus padres.
En las redes sociales, ellos exhiben todos sus bienes: autos, motos, televisores, equipos de música y joyas, dando cuenta del estilo de vida que llevan, muy distante al que llevaban cuando aún habitaban en la villa del Bajo Flores.
Según fuentes judiciales, Silvana Salazar, pareja de “Marcos”, percibe un sueldo que no supera los 4 mil pesos mensuales. El capo narco peruano, por su lado, posee sólo un antecendente laboral registrado: en prisión. Por esa razón, la existencia del lavadero de autos en la localidad bonaerense de Caseros es, para los investigadores del caso, una maniobra de lavado de activos ya utilizada por otros narcos.