POLICIA
Crimen y misterio en Rosario

No logran identificar el cuerpo de un nene de 5 años que nadie reclama

Sus restos fueron hallados en un basural, cerca del lugar donde se produjo un triple asesinato. El fiscal pide ayuda porque nadie denunció la desaparición.

22032020_nene_basural_rosario_cedoc_g.jpg
Horror. Un grupo de operarios que removían la basura halló los restos de un menor que hasta el día de hoy no pudo ser identificado. Los vecinos no aportaron datos. | cedoc

El próximo jueves se cumplirá un mes desde que encontraron los restos de un nene de 5 años en un basural de la ciudad de Rosario y todavía no hay una sola denuncia por averiguación de paradero en la zona. Ni sus padres (si es que tenía), ni un abuelo, ni los familiares de los amiguitos con los que seguramente jugaba; nadie, absolutamente nadie, exigió su aparición, una situación prácticamente inédita en el país.

El cuerpo -en realidad algunas de sus partes porque estaba calcinado y descuartizado- fue hallado el miércoles 26 de febrero pasado a las 16.45 en un baldío ubicado en las calles Olivé y De Angelis, en el barrio Empalme Graneros. Lo encontraron unos operarios de una empresa de recolección de residuos que estaban trabajando en el lugar con una pala mecánica.

Ya pasaron 24 días, pero la investigación está estancada por varios motivos: la falta de testigos y la dificultad que existe para identificar el cuerpo. Por ejemplo, todavía no se pudo determinar si los restos pertenecen a un nene o a una nena.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“Se pidieron exámenes anatomopatológicos a los restos hallados para avanzar en la identificación”, explica a PERFIL un vocero vinculado a la investigación, aunque aclara que no se sabe cuándo estarán listos esos resultados. 

Los investigadores sospechan que las partes del cuerpo fueron arrojadas en el basural unas horas antes antes del hallazgo, porque dos días antes removieron basura y los trabajadores no encontraron nada que les llamara la atención. 

“Por el momento no se presentó nadie en fiscalía a denunciar un hecho de esas características”, confirma a este diario la misma fuente.

La demora es llamativa porque se trata de un menor de unos cinco años. Por esa razón, el fiscal de Homicidios Dolosos de Rosario, Luis Schiappa Pietra, decidió pedir colaboración a la población para obtener información. A cambio, promete “confidencialidad”.

“Quien pueda aportar datos puede presentarse en la Unidad de Homicidios Dolosos, sita en calle Sarmiento 2850 en el Centro de Justicia Penal, comunicarse al 911 o al Facebook Oficial de Fiscalía, buscando como Fiscalía Regional Segunda Circunscripción”, se indica en el pedido. “Toda información aportada tendrá la reserva del caso”, se aclara.

Los voceros explicaron que las últimas semanas hicieron un “relevamiento de cámaras de seguridad de la zona y tomaron testimonios a los vecinos”, pero no encontraron pistas que permitan avanzar con la investigación.

Una de las hipótesis que manejan apunta a una venganza narco, un móvil no descabellado teniendo en cuenta la disputa territorial por el control del negocio de la droga que sacude a la ciudad desde hace varios años.

Masacre cercana. El barrio donde fue hallado el cuerpo no escapa a esta problemática. A ocho cuadras del basural donde encontraron los restos de la criatura asesinaron a tres personas, en un claro ajuste de cuentas. Y no pasó hace mucho tiempo: ocurrió apenas diez días antes del macabro hallazgo.

Los autores de esta masacre dejaron en claro que no les importa nada: emboscaron a una pareja que circulaba en moto junto a su hija de apenas un año y medio y los acribillaron sin piedad. Nahuel Christopher Albornoz (23) recibió cuatro disparos, Florencia Corvalán (21) nueve, y su hija Adelain Chelsi (de un año y medio) tres. Una locura.

Los investigadores sospechan que el ataque estaba dirigido al joven porque su papá es “Caracú” Albornoz (72), el supuesto líder de una banda que tenía una cocina de droga y búnkers de venta en un amplio sector de la zona noroeste de Rosario.

‘Caracú’ fue detenido el año pasado, pero está en su casa porque fue beneficiado con arresto domiciliario. Dijo que recibió amenazas después de la masacre. 

El jueves 12 de marzo pasado fue arrestado un sospechoso: Cristian Carlos V., un joven de 22 años, apodado “el Salteño”, que también está acusado por las amenazas posteriores a la familia de las víctimas.

¿Puede haber una conexión entre el triple crimen y el caso del nene en el basural? “No descartamos ninguna hipótesis”, responde uno de los investigadores, sin soltar demasiados datos sobre esta pista. Nada parece casual. Ni la cercanía entre un caso y el otro, ni el hecho de que nadie hasta el momento se presentó a reclamar el cuerpo del menor.

Los detectives creen que si los familiares del nene denunciaran su desaparición se verían obligados a explicar cosas que podrían comprometerlos. Aunque en Argentina no es tan habitual, esta clase de crímenes horrendos son desgraciadamente comunes en países como México o Colombia, donde hace rato se perdieron los códigos cuando se trata de mandar un mensaje por una traición o delación. En Rosario está empezando pasar. Eso preocupa. Y mucho.

 

Una ola de asesinatos que no cede

Al menos por ahora, el aislamiento social dictado por el gobierno nacional trajo un poco de paz a la ciudad de Rosario. Es que desde que se impuso esta medida no hubo ningún asesinato.

La ola de crímenes en los primeros tres meses del año volvió a poner el foco en la seguridad de una ciudad que hace varios años está atravesada por una guerra narco sin cuartel. En lo que va de 2020 hubo 64 asesinatos, un promedio de un homicidio cada treinta horas.

El jueves pasado a la madrugada un remisero de 60 años fue asesinado y otras tres personas, entre ellas dos menores, resultaron heridas al ser atacados a tiros por sicarios que les dispararon desde un auto cuando estaban en las calles Felipe Moré y Virasoro, del barrio Villa Banana, en la zona sudoeste de la ciudad.

Pocas horas después, Rodrigo Carlos Sánchez (44), supuesto jefe de sicarios de Esteban Lindor Alvarado, un capo narco detenido como instigador de un homicidio y por comandar una asociación ilícita, fue acribillado cuando conducìa una camioneta Toyota Hilux gris en el cruce de las calles Wilde y San Lorenzo. En el lugar levantaron al menos “veinte vainas servidas de dos calibres”.