El encargado y un mozo de la confitería de una estación de servicio del partido bonaerense de Pilar aseguraron ayer en el juicio que Nicolás Pachelo (46) les preguntó la mañana siguiente a la muerte de María Marta García Belsunce si habían escuchado algo relacionado “al crimen de la mujer en el country”. Lo llamativo es que en ese momento se creía que la socióloga había fallecido producto de un accidente al caerse en la bañera.
El encargado Walter Mantovani y el mozo Miguel Ángel Monzón coincidieron en que Pachelo llegó “entre las 6 y 7 de la mañana” del lunes 28 de octubre de 2002 a la estación de servicio Esso ubicada en el cruce del ramal Pilar de la autopista Panamericana y Ruta 25, informó Télam.
Según los testigos, estaban preparando el salón cuando Pachelo ingresó, pidió una lágrima en jarrito y unas medialunas, y luego se acercó a la barra donde se encontraba Montavani.
“¿Che, saben algo de la mujer que mataron en el country?”, coincidieron los testigos al indicar la pregunta que les hizo Pachelo, antes de pedirles el diario de ese día.
“Nosotros lo desconocíamos, así que lo desestimamos”, aseguró Mantovani, quien se enteró de la muerte de García Belsunce horas más tarde porque una vecina ingresó a la confitería y comentó del accidente que había tenido la socióloga.
“No sé cuántos días pasaron hasta que se supo que no fue un accidente sino un asesinato. Ahí recordamos con Miguel la frase y nos preguntamos, ¿si fue un accidente, por qué habló de asesinato?”, contó el encargado.
Tanto Mantovani como Monzón coincidieron que María Marta era una clienta habitual de la confitería, a la que iba entre una y tres veces por semana a almorzar y que allí llevaba a cabo reuniones de la organización Missing Children, a la que pertenecía.
También, el hombre recordó un episodio en el cual Pachelo regresó a la estación de servicio cuando ya había trascendido en los medios de comunicación que un mozo había declarado lo sucedido aquel lunes posterior al crimen.
“Cuando lo vi llegar me quedé paralizado. Se sabía que un mozo había declarado, pero mi nombre no había trascendido. Se acercó a la barra y me preguntó por Miguel Monzón. Ahí logré relajarme, por suerte no estaba en el local. Había cámaras de televisión en el lugar y le sugerí que no se expusiera y que por favor se retirara”, recordó Mantovani.
Según sus palabras, notó que Pachelo ingresó “de una forma violenta, sacado, enceguecido, desesperado” y que el testigo se sintió “atemorizado”.
Al ser consultado por el fiscal Andrés Quintana por cómo se encontraba en ese mismo momento que daba su testimonio, Mantovani expresó: “Estoy nervioso, mi declaración anterior fue cuando acusaban a (Carlos) Carrascosa y creo que mi declaración no afectaba o modificaba, pero en este caso sí. Teniendo a Nicolás Pachelo a mi derecha, creo que mi verdad puede llegar a modificar algo”.