Teresita Torres Alvarenga, de 26 años, apareció ahorcada hace más de dos años en su camarote. La causa fue archivada como suicidio, pero la familia sostiene que se trató de un crimen. El aporte de un perito que actúa en caso Nisman podría resultar clave para reabrir la investigación y esclarecer el caso, y la familia pide que se aplique el protocolo para la investigación de femicidios.
La muerte ocurrió el 7 de enero de 2017, dentro del Punta Médanos, un buque petrolero de la empresa Antares Naviera. El cuerpo de Teresita, quien se graduó con un promedio de 9,5 en la Escuela Nacional de Náutica, fue hallado en su habitación cuando el barco navegaba a la altura de la milla 23, frente a la costa de Villa Gesell.
En mayo del año pasado, la causa se archivó a pedido del fiscal federal de Dolores, Juan Pablo Curi y la titular de la Unidad Fiscal especializada en Violencia de Género (UFEM), Mariela Labozzetta.
Aunque dejaron abierta la posibilidad a la reapertura ante eventuales nuevas pruebas, los funcionarios del Ministerio Público fiscal escribieron en el oficio presentado ante el juez federal Alejo Ramos Padilla: "Todos los elementos conducen a pensar que fue la propia Teresita Torres Alvarenga, probablemente producto de su estado anímico complejo, quien decidió por su propia voluntad, quitarse la vida", coincidieron Curi y Labozzetta.
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Sin embargo, la familia de la joven oficial de cubierta está convencida de que se trató de un femicidio. Muchos aspectos de la muerte y el hallazgo, sencillamente, no les cierra. Ahora, sus abogados, Ricardo Silva Angulo y Federico Fernández Garrone presentaron un escrito al juez en el que solicitan que se reabra la causa y que se complete el informe pericial.
"A más de dos años del fallecimiento, la causa duerme en un archivo del juzgado federal de Dolores. Hace ya algunos meses, desde la querella, intentamos por varios medios pedir copias del expediente; pero se nos ha negado. La aparición de nuevos testigos, echarán luz a episodios de acoso sexual en los buques de ultramar y cómo Teresita pudo haber sido víctima de ello", dice Garrone a PERFIL.
Los abogados que desde el inicio de la investigación no se cumplieron los protocolos, que faltaron pericias y hallaron inconsistencias en testimonios. Quieren que se completen las pericias y, para hacerlo, cuentan con la participación de José Speranza, perito de Diego Lagomarsino, en la causa que investiga la muerte del fiscal Natalio Alberto Nisman.
"A más de dos años del fallecimiento, la causa duerme en un archivo del juzgado federal de Dolores. Hace ya algunos meses, desde la querella, intentamos por varios medios pedir copias del expediente; pero se nos ha negado. La aparición de nuevos testigos, echarán luz a episodios de acoso sexual en los buques de ultramar y cómo Teresita pudo haber sido víctima de ello" dijo Federico Fernández Garrone.
"Analizado lo que se encuentra aportado en el expediente en sus tres cuerpos iniciales, he observado varias inconsistencias y discrepancias que permiten advertir que el cierre y archivo de la causa caratulada Torres Albarenga, Maillén Amalia Teresita, muerte por causa dudosa, ha sido prematura y por tal motivo, para dar respuesta a los interrogantes que planteo a modo de listado, es que solicitamos el desarchivo de la causa", dice Speranza -biólogo forense- en el informe.
"En el Modelo de Protocolo Latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género femicidio/feminicidio, se marca expresamente delineamientos que se deben seguir cuando se investiga la muerte de una mujer y más aún en las circunstancias del caso que nos ocupa", indica el perito que critica la pesquisa del caso Torres Alvarenga. Estos protocolos "no se cumplieron", asegura.
"Tanto el relevamiento del lugar del hecho, como así también en la necropsia, no se realizaron según los protocolos que esta entidad tiene destinado a tal fin, por lo cual resulta necesario la re-investigación de varios elementos de interés criminalístico y médico legal, e inclusive hasta la exhumación del cuerpo", explica el perito.
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"La primera necropsia fue incompleta y debió realizarse una segunda práctica necrópsica, que tampoco cumplimentó lo que sí existe y se encuentra normado que son los protocolos para casos de femicidios", continúa el forense y enumera: "Si bien se realizaron peritajes sobre la cuerda en donde se encontraba suspendida la víctima, no llegaron a los elementos de sostén en su fijación en ambos extremos que sujetaba la soga primaria. El llegar a una conclusión diagnóstica a través del análisis de mensajes de textos de una condición psicológica/psiquiátrica en la que se encontraba la víctima, y basarse en un estado anímico complejo para avalar la condición suicida nos parece carente de fundamentos científicos".
Speranza, que participó de la junta multidisciplinaria del caso Nisman, cree que debe realizarse una autopsia psicológica que incluya aspectos de la vida social, laboral, sentimental, entre otros elementos que "podrán dar cuenta que el estado de salud manifiesto de la víctima es sustancialmente diferente al que se ha planteado hasta el momento".
Pero la principal contradicción se encuentra para el perito en "la incongruencia planteada en la propia escena, en donde los primeros dos testigos presentan inconsistencia al momento de describir la posición en la que se encontraba el cuerpo; cito textual: 'los pies apenas apoyado en el piso'. Este hecho resulta poco entendible ya que la lazada se encontraba a 50 cm. aproximadamente del suelo y la víctima medía 1 metro y 54 cm".
la incongruencia planteada en la propia escena, en donde los primeros dos testigos presentan inconsistencia al momento de describir la posición en la que se encontraba el cuerpo; cito textual: ¨los pies apenas apoyado en el piso¨. Este hecho resulta poco entendible ya que la lazada se encontraba a 50 cm. aproximadamente del suelo y la víctima medía 1 metro y 54 cm".
En ese sentido, Speranza pide "la reconstrucción real en el lugar de los hechos para demostrar o no la factibilidad del suicidio como tal". También exige registros fílmicos y fotografías de las autopsias para determinar "data de la muerte, movilización del cadáver, estado de las lesiones y todo dato que surja del análisis detallado de estos elementos, que podrían llegar a modificar lo conceptual que hemos vistos en los informes, muy escuetos y pobre de contenidos".
Por último, destaca que "no se cuenta con todos los datos de cómo fueron extraídas (ubicación anatómica en donde fueron tomadas), la capacidad de los recipientes contenedores, su almacenamiento y las condiciones del traslado que nos permitan dar certeza que los resultados obtenidos en el análisis de alcohol y toxicología sean realmente los correctos".
"Sin perjuicio de las creencias que pueda tener cada uno, nos parece justo que se realicen nuevas pericias y se aplique el protocolo para femicidios, al cual nuestro país se encuentra adherido", concluyó Fernández Garrone.