POLITICA
DEBATE EN EL JUZGADO

Nisman: objeciones a la teoría del asesinato

Por Cecilia Di Lodovico | Peritos oficiales preparan un informe que contradice la idea de la ex mujer del fiscal, Sandra Arroyo Salgado.

Fiscal Alberto Nisman. Se acerca la hora de conocer el informe pericial sobre su muerte.
| Cedoc Perfil

A poco de cumplirse cuatro meses del hallazgo, el expediente por la muerte del fiscal Alberto Nisman continúa caratulado como “muerte por causa dudosa”. Cada minuto que pasa, el informe de los peritos de Sandra Arroyo Salgado enfrenta nuevas objeciones. ¿Su mayor debilidad? La absoluta certeza de sus conclusiones: El homicidio como única posibilidad está por ser derrumbado por los peritos oficiales. Le tocará a la fiscal Viviana Fein y a la jueza Fabiana Palmaghini determinar si las conclusiones darán punto final, aunque no definitivo, al asunto. El jueves próximo pueden tener el informe en sus manos.

Pruebas en debate. Una gran discusión gira sobre la puerta. Para todas las partes, las manchas de sangre halladas en el piso indicarían que estaba cerrada. ¿Es un dato que determina que se trató de un suicidio? No. Los signos que discuten el dictamen de la querella se concentran en la posición en la que habría estado Nisman en el momento del disparo. Para los peritos de Arroyo Salgado, estaba arrodillado y fue ejecutado por detrás. Los peritos oficiales detectaron otra posibilidad: podría haber estado parado, frente al espejo. La sangre (reflujo) que se ve en el lavabo pudo haber provenido de la boca del fiscal. Esa salpidadura es compatible con el goteo del piso, el tobillo y la alfombra. La sangre que quedó en la comisura de los labios del fiscal refuerzan la hipótesis de los peritos oficiales.

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La mano. La ausencia del fenómeno de backspatter (que se produce cuando el disparo es en la cabeza) y el resultado negativo del barrido electrónico en las manos del fiscal son, para la querella, signos de la presencia de una tercera persona. Pero las características del arma, de bajo calibre, disminuyen las posibilidades de hallarlos. Por otro lado, la mano derecha (con la que se ejecutó el disparo) presenta reguero de sangre por escurrimiento. ¿Hubo telón de interposición? No se puede descartar, pero es difícil. Del mismo modo, el espasmo implicó una  gran discusión. En la junta médica ambas partes se pusieron de acuerdo en que no hubo.Pero la posición del dedo índice de Nisman es compatible con la empuñadura del arma de fuego.

La data de muerte todavía está en discusión. Unos y otros se pusieron de acuerdo en que hubo agonía. Así lo indican el efecto de “ojos de mapache”. Nisman sangró hasta quedar exangüe y los órganos perdieron peso.

Para los peritos de la querella, movieron el cuerpo en vida, por eso las livideces en la zona de la cadera corresponden a la posición final pero hablan de la mancha de sangre de la remera –que puede ser suero– para dar cuenta de ese supuesto movimiento. Ese análisis tampoco resulta concluyente y pudo haber movimientos voluntarios o actos reflejos tras el disparo. Lo mismo ocurre con la zona del disparo y su trayectoria, no tan pronunciada.

Ninguna tesis hasta ahora tiene pruebas concluyentes. La conclusión taxativa de Arroyo Salgado enfrenta objeciones. Por torpeza o impericia, en las primeras horas se pueden haber perdido pruebas y no se preservó el lugar.Tampoco debieron desnudar el cadáver. Por último, antes de guardarla, limpiaron con papel higiénico el arma. Se perdieron la posibilidad de hallar huellas.
Es posible que parte de la verdad se haya perdido en aquellas horas.