La pericia balística realizada a la pistola Bersa 22 milímetros hallada en la baulera de la madre de Alberto Nisman, Sara Garfunkel, determinó que su “funcionamiento es normal”, es decir, que es apta para el disparo, y que no funcionan los seguros. El paño verde que fue secuestrado durante la última inspección ocular fue sometido a análisis químicos y de ADN.
La junta médica convocada para esclarecer la muerte del fiscal Nisman aún no termina, pero suenan fuertes rumores sobre las conclusiones a las que arribaron los peritos oficiales, que contrastan con el informe elaborado por la querella. Se cree que el dictamen final, que estará listo la semana próxima, refutaría la postura que tomaron los peritos Osvaldo Raffo y Julio Ravioli sobre el caso.
Fuentes con acceso a la causa indicaron a PERFIL que los peritos de la División de la Policía Federal y del Cuerpo Médico Forense difieren en puntos clave, entre ellos, la data de muerte, y lo más probable es que respalden la necropsia realizada por los doctores Héctor Di Salvo y Fernando Trezza, que calcularon el horario entre 12 y 15 horas antes del hallazgo del cuerpo. Fuentes vinculadas al equipo de la jueza Sandra Arroyo Salgado adelantaron que firmarán en disidencia y sostendrán las conclusiones que les permitieron llegar a la hipótesis del crimen. Por su parte, la defensa de Diego Lagomarsino acompañará la opinión de los peritos oficiales sobre la posibilidad de que la puerta estuviera cerrada y Nisman estuviera parado frente al espejo. Introdujeron la posibilidad de que el fiscal se hubiera disparado con ambas manos.
Ante este escenario y las polémicas en torno al caso, no se descarta que las pericias sean revisadas por consultores internacionales.