El incidente de inseguridad tuvo lugar en un establecimiento situado en la calle Gorostiaga al 1800, en las cercanías del Hipódromo de Palermo. Esta área es conocida por ser transitada por numerosas personas, especialmente durante las tardes, momento en que ocurrió el incidente.
La secuencia se inició cuando dos mujeres entraron al establecimiento, se sentaron y, como cualquier cliente, solicitaron el menú. Estratégicamente, seleccionaron una mesa ubicada detrás de una mujer cuya cartera colgaba del respaldo de su silla.
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Aprovechando esa distracción, las ladronas perpetraron el robo. Mientras sostenían una conversación aparentemente casual, una de ellas extendió discretamente su brazo hacia atrás y lo metió en el bolso de la víctima, mientras ocultaba la acción con una camisa. En cuestión de segundos, lograron robarle el celular.
Después de obtener lo que buscaban, envolvieron el teléfono en una prenda de vestir y, acompañadas por su cómplice, se levantaron y abandonaron el establecimiento. La víctima solo se dio cuenta de lo sucedido cuando intentó buscar su celular y se percató de que ya no estaba.
Cuando se percató de la desaparición, la afectada se dirigió a los propietarios del establecimiento para revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad. Fue entonces cuando todos quedaron sorprendidos al observar el robo. Según los encargados del local, es "la primera vez que pasa algo así".
A fines de junio de 2023, se registró un incidente similar en una cafetería de la ciudad de Mendoza. En esta ocasión, el ladrón ingresó al establecimiento bajo el pretexto de solicitar un vaso de agua a los empleados. Llevaba consigo varias bolsas de basura que pretendía vender a los clientes.
Después de examinar las mesas, se acercó a una en la que había un teléfono celular colocado. Allí, comenzó a ofrecer las bolsas que llevaba consigo, colocándolas justo sobre el dispositivo móvil. Los clientes, sin percatarse de la situación, decidieron brindarle dinero para colaborar con él. Mientras tanto, el delincuente aprovechó para tomar tanto las bolsas como el celular que se encontraba debajo.
Acto seguido, abandonó el establecimiento a pie con total calma. La hija de la familia percibió rápidamente el robo y alertó a sus padres. Juntos, salieron en busca del hombre y lo localizaron a pocos metros de distancia, logrando así recuperar el teléfono celular.
