Los dos policías de la Bonaerense que custodiaban la casa de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, cuando en agosto de 2016 desconocidos arrojaron un cartucho de escopeta en su garaje, fueron finalmente sobreseídos por la Justicia por falta de pruebas y automáticamente iniciaron los trámites para reincorporarse a la fuerza.
El fallo que benefició a los oficiales Ismael Alejandro Naiouf y Jorge Hernán Mejías fue dictado por el juez de garantías de Morón, Gustavo Roble. A los policías los acusaron por los delitos de "incumplimiento de los deberes de funcionario público e intimidación pública", y durante cuatro años fueron apartados de sus funciones.
Claudio Oviedo, el fiscal que investigó el caso, no halló pruebas contra los uniformados y pidió el sobreseimiento definitivo de ambos. En la resolución, a la que tuvo acceso Perfil, el juez Roble entendió que "habiendo transcurrido el máximo de pena señalado para el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público, y no habiendo cometido los imputados durante ese lapso nuevos delitos ni ningún acto constitutivo de secuela de juicio, se encuentra prescripta la acción penal".
"En lo que respecta al delito contra el orden público -destacó el magistrado-, analizados todos y cada uno de los elementos probatorios arrimados y en coincidencia con los argumentos esbozados por el fiscal Oviedo en su presentación, entiendo que no existe ningún tipo de elemento probatorio que de algún modo vincule a los imputados al delito de intimidación pública investigado por el titular de la vindicta pública".
El supuesto ataque contra la casa de la ex gobernadora fue denunciado el 22 de agosto de 2016. Los autores nunca fueron identificados. Según la investigación, en la cochera hallaron un cartucho calibre 16 marca Orbea. Se supone que fue arrojado entre las 19.30 y 20.30, aunque eso tampoco pudo ser documentado.
Antes de este presunto ataque, Vidal había sufrido una supuesta intimidación en su despacho de La Plata -otra denuncia que tampoco pudo ser probada-, por la que decidió irse a vivir a la Base Aérea de Morón, donde se instaló con sus hijos hasta que terminó su mandado, en diciembre de 2019.