Reclusión perpetua es lo que pidió hoy la querella para Juan Carlos Cardozo por el triple femicidio de la hija, hermana y abuela de su pareja, Romina Martínez, mientras que la fiscalía bajó el pedido a prisión perpetua y la defensa solicitó la absolución, tras alegar fue inducido por una secta. Mientras tanto, la Justicia duda sobre la posible participación de Martínez en el triple crimen.
Los alegatos de las tres partes en el juicio a Cardozo fueron expuestos en la segunda jornada del proceso al joven de 25 años, quien durante la audiencia pidió perdón entre sollozos a los familiares de las víctimas presentes en la sala, al tiempo que aseguró haber estado "poseído".
Antes de la sesión, Juan Martínez, padre de Romina, que está en pareja con el asesino y embarazada de él, dijo que si su hija tuvo "algo que ver" con el múltiple homicidio, "que pague lo que tiene que pagar". "Le falla el 'mate'", resumió el hombre, que hasta insinuó una eventual complicidad entre la mujer y el presunto asesino. Según Martínez, al momento del crimen, su mujer le dijo a la joven: "Andá a ver qué pasa con la abuela' y ella le contestó 'está con Juan Carlos'".
Luego de que el fiscal Ricardo Juan pidiera ayer que se investigue a la joven, el padre de Romina dijo a la prensa que "si tenía algo que ver, si participó o sabía...que pague" y consideró que su hija "no está en sus cabales".
"A nuestra familia la destrozaron, quedamos todos muy mal", aseveró Martínez. "Lo que venimos a buscar acá es justicia", remarcó.
"Mi hija se drogaba y eligió un camino, para mí, equivocado y nunca aceptó ayuda mía, ni de mi mujer, ni de sus hermanos", declaró.
Al preguntársele cómo era la relación de su hija y Cardozo, manifestó que "los dos son enfermos de los celos, él y ella".
Proceso. Ayer el Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro empezó el juicio a Cardozo y antes de la audiencia el acusado del triple femicidio aseveró que no hizo "nada" e insistió con que estaba "poseído" al momento de la matanza. "Yo no pude haber hecho eso jamás, estaba como poseído. Cuando me atendió la abuela, una voz gruesa, en portugués, hablaba por mí y me gritaba 'Tengo que matar'", declaró ayer el imputado ante los jueces.
Antes, Romina, que perdió a su hija, a una hermana y a su abuela en el hecho, había dicho que lo perdonaba porque él estaba "poseído".
El caso. El triple crimen ocurrió el 27 de agosto de 2012 en una casa de la calle Uruguay 633, de Benavídez, partido de Tigre, cuando Cardozo fue a buscar a Romina, de 27 años, quien lo había abandonado una semana antes y se había llevado con ella a la hija de ambos, de 3 años.
Cardozo no encontró a la joven en la vivienda y descargó su furia contra las tres familiares de ella, asesinando primero de puñaladas a la abuela de la chica, Nilda Ludovica Ham, de 76 años; luego a otra hija de Romina, Marisol, de 6 años, y finalmente a la hermana, María Florencia Martínez, de 15.