Esta semana, la presidenta Cristina Fernández inauguró junto con el candidato Martín Insaurralde y la actriz Florencia Peña un refugio para ayudar a las mujeres víctimas de violencia de género con el nombre de Fátima Catán, en Lomas de Zamora. Fátima tenía 24 años y estaba embarazada de cuatro semanas. Murió quemada por su novio, Martín Santillán, hoy detenido.
A pesar de este reconocimiento, el drama no termina para la familia de Fátima. Su madre, Elsa Gerez, asegura que familiares del detenido por el crimen de su hija la amenazaron con prender fuego su casa con ellos adentro. “Me dijeron que me iban a quemar la casa con todos adentro. Yo les digo que se aseguren de que quede bien muerta, así vuelvo a estar con mi hija. No tengo miedo, no van a lograr que deje de caminar, golpear puertas y pelear para que se haga justicia por Fátima y por mi nieto”, denuncia esta mujer que vive su vida entre el recuerdo y el pedido de justicia.
“La familia de Santillán tiene derecho a abrazarlo, a estar con él, y yo no tengo nada. Algún día él va a salir de la cárcel, porque la prisión perpetua en Argentina no existe, y va a volver a hacer su vida normal mientras que a mi hija la están comiendo los gusanos en un cajón. Es importante que se entienda que el que las hace las tiene que pagar y que las perpetuas sean para toda la vida”, sentencia Gerez, en diálogo con PERFIL.
La lucha de esta mujer comenzó el 22 agosto de 2010, cuando su hija murió de un paro cardíaco en el Hospital del Quemado de La Plata. Hacía cuatro días que había ingresado con el 85% del cuerpo quemado. Su novio está detenido desde hace menos de un año.
Tanto la familia de la joven como la del único imputado viven en Villa Fiorito, localidad de Lomas de Zamora. En Murature al 600, Fátima fue envuelta por una bola de fuego. De manera simbólica, cada aniversario Elsa deja una vela prendida para no olvidarla.
Fuego, más fuego. “Ni siquiera me devolvieron sus pertenencias. Su ropa, su documentación, sus herramientas de pedicuría. Todo lo tiene la familia de él. Le prometí a mi hija que las iba a recuperar y siento que le estoy fallando”, se lamenta Elsa.
“Tengo todas las denuncias hechas, no me van a detener. Ellos siguen amenazando, pero a mí el miedo se me fue. Falta muy poco para que se cumplan los tres años y Fátima no va a volver nunca más. Es el dolor más grande que tengo en mi vida. Hasta ahora logramos que Santillán esté con preventiva y estamos a la espera del juicio, pero aún no tenemos fecha”, completa.
Este lunes, junto a la Presidenta y Martín Insaurralde inauguraron un refugio para víctimas con el nombre de Fátima. Pero todavía no funciona. “Faltan algunos detalles”, comenta Gerez. “De tanto rezar y pedir se creó este lugar con el nombre de mi hija. La sociedad necesita de estos refugios. Yo vivo para llorar a Fátima y para ayudar. Vamos a lograrlo”, dice conmovida.