El joven detenido como presunto autor material del triple crimen que conmocionó a la ciudad de La Plata tras el brindis de Año Nuevo se encuentra cada vez más complicado. Es que en las últimas horas se confirmó científicamente que las manchas parduzcas que tenía una chomba encontrada en la habitación de la casa de Melchor Romero, donde vivía con dos de las víctimas, eran de sangre.
Fuentes judiciales detallaron que la prenda había sido incautada en el cuarto del muchacho de 18 años –17 al momento de los crímenes– durante el trabajo policial posterior al hallazgo de los cadáveres, mientras que una serie de testigos afirmaron que se trata de la misma remera que tenía puesta aquella madrugada del 1º de enero, cuando fueron asesinadas su madre, Graciela Holsbak (60), su padrastro, Raúl Bravo (53), y su sobrina Alma, de 5 años, a quien degollaron y le cortaron las piernas a la altura de las rodillas.
“La pericia química dio positivo: son de sangre las manchas que presenta la chomba secuestrada. Ahora habrá que ver si se puede determinar la presencia de ADN que permita identificar a quién pertenece esa sangre”, puntualizó un vocero judicial.
Si bien la defensora oficial Raquel Ponzinibio había apelado la prisión preventiva dispuesta desde el 10 de enero asegurando que “no existen suficientes elementos de autoría”, esta nueva evidencia le juega en contra. Para dictar dicha preventiva, el juez del Juzgado de Garantías del Joven Nº 3 de La Plata tuvo en cuenta que el sospechoso se fugó tras el hecho, que tiene “carácter violento” y que es “hábil en la utilización de cuchillos”.
Por su parte, la fiscal interviniente ordenó que el próximo viernes se realice un cotejo de las huellas en la escena del crimen con las del detenido, para incorporarlo a la causa. Básicamente, quiere centrarse en una serie de “huellas descubiertas en una de las puertas de la casa”, mientras que también está pendiente realizar un cotejo de pisadas halladas en el lugar.