“Son delincuentes vestidos de policías”. Así definió el comisario Néstor Roncaglia, jefe de la Policía Federal Argentina (PFA), a los cuatro miembros de la Bonaerense que estaban en la estación de servicio Shell de Sarandí, donde este viernes se desató el sangriento tiroteo entre las dos fuerzas y que terminó con un muerto y dos heridos.
El comisario Hernán David Martín (43) era uno de ellos. Tenía a su cargo el Gabinete Antidrogas de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Avellaneda-Lanús. Llegó hasta la Rotonda del Acceso Sudeste en un Toyota Etios blanco. No era su auto particular. Se trataba de un móvil no identificable de la flota de vehículos pertenecientes a la repartición para la que prestaba servicio.
Martín frenó el coche en el playón de estacionamiento. Pero no se detuvo a cargar combustible. No estaba solo. Lo acompañaba otro miembro de la Brigada Antidrogas, el capitán Eduardo Angel Franicevich (47). En el minishop de la Shell había más policías de la Bonaerense: el subcomisario Luis Edgardo Otero (37) y el subayudante Silvio Ricardo Vergara (33), ambos integrantes del Gabinete Antisecuestros de la misma DDI.
Según fuentes judiciales, una mujer de origen dominicana, y pareja de un narco que opera en la zona, había denunciado horas antes que estaba siendo extorsionada por un grupo de efectivos de la fuerza provincial. Dijo que le exigían el pago de una suma importante de dinero para no iniciarle una causa por narcotráfico.
La mujer se presentó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 4 de Avellaneda, a cargo de la fiscal Soledad Garibaldi, la misma que investiga el escándalo de los abusos de menores en el club Independiente.
Con los datos aportados por la denunciante, los investigadores armaron una “entrega del dinero controlada”, una operación bastante habitual en casos de narcotráfico que involucran a integrantes de fuerzas de seguridad.
La versión oficial indica que el capitán Franicevich fue al encuentro de esta mujer y apenas recibió un sobre con 170 mil pesos terminó en el piso, esposado y rodeado de agentes encubiertos de la Federal.
Roncaglia aseguró que intervinieron doce policías de la PFA y que la mujer entregó un “paquete con la plata preparada, microfilmada y numerada por los efectivos de Drogas Peligrosas”.
Según pudo saber PERFIL, nadie en la Bonaerense estaba al tanto de este operativo. Ni siquiera la Auditoría General de Asuntos Internos, a cargo de Guillermo Berra, que curiosamente sí había intervenido en un procedimiento similar que se llevó a cabo hace apenas tres semanas. En aquella ocasión, dos efectivos de la comisaría tercera de Avellaneda terminaron detenidos después de cobrar una coima a unos transas de la jurisdicción.
Sergio Arán, cabo de la PFA, recibió cuatro disparos y se encuentra internado, grave.
A unos cien metros de la estación de servicio, se produjo el enfrentamiento en el que murió el comisario Martín y resultaron heridos de bala el sargento de la PFA Claudio De Carlo y el cabo Sergio Arán, integrantes de la División Drogas Urbanas.
De Carlo recibió un tiro en la pierna y está fuera de peligro. En cambio, Arán permanece internado en el Hospital Churruca con pronóstico reservado. Le pegaron cuatro disparos: uno en el cuello, otro en el abdomen y dos más en las piernas.
Legajos. Los cuatro policías involucrados en la presunta maniobra extorsiva no tienen denuncias internas, un dato que llamó la atención de los investigadores del caso. De hecho, Martín había sido ascendido a comisario hace apenas tres meses.
Los tres principales acusados todavía no fueron indagados, y las fuentes no descartan que en las próximas horas la fiscal pida nuevas detenciones.
Pesquisa interna. Por lo pronto, Asuntos Internos avanzó en la investigación y ya desafectó de servicio a nueve policías, entre ellos el jefe de la Brigada de Investigaciones, el comisario mayor José Hernández, quien además fue el que firmó el primer reporte policial del caso.
Cómo estaba integrada la banda de policías del tiroteo en Avellaneda
Cuatro de los efectivos apartados formaban parte del Gabinete Antisecuestros de la DDI Lanús-Avellaneda: el subcomisario Luis Otero, el oficial ayudante Emiliano Daniel Schemberger, el oficial subayudante Silvio Vergara y el teniente primero Ricardo Arístides Fernández. Los otros cuatro pertenecían a la División de Drogas: el comisario Esteban Arana, el capitán Eduardo Franicevich, el teniente primero Claudio Daniel Saldivia y el sargento Damián Pereyra.
Los voceros consultados por PERFIL aclararon que la Brigada de Investigaciones “no fue intervenida”, pese a que el titular fue apartado de su cargo y la dependencia allanada.
En los operativos secuestraron documentos y computadoras de importancia para la investigación. Hasta el momento no hallaron cuadernos que prueben la recaudación ilegal de la división, como si ocurrió en otros procedimientos relevantes. Además, revisaron las distintas oficinas en busca de droga y también los autos oficiales pertenecientes a la brigada.
“Se trabajó con las fuerzas federales y Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad. Nosotros en estos casos vamos a fondo y eso quedó demostrado en estos años de gestión”, explicó ayer el ministro Cristian Ritondo.
“Eran delincuentes de la Bonaerense”
“Eran delincuentes de la Bonaerense”, así los calificó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, tras un tiroteo en la localidad de Avellaneda entre miembros de esa fuerza y personal de la Policía Federal. Además destacó que “traicionaron” a la institución porque fueron a cobrar una extorsión.
Bullrich explicó cómo fue el operativo encabezado por la Policía Federal tras la información suministrada por la Justicia de Avellaneda. Los efectivos fueron a una estación de servicio de la zona “para frenar e intentar que no se cometiera el delito de extorsión contra una mujer dominicana que había denunciado que esas personas que eran policías la estaban extorsionando”.
La Policía Federal estaba con una brigada de 12 miembros, de agentes encubiertos, que estaban en la estación de servicio como si fueran personas que estaban tomando un café o cargando nafta, detalló la ministra.
Tras el pago acordado del soborno, “en el momento la Policía Federal les da el alto y rodean a los delincuentes. Estos comienzan a los tiros y hieren muy gravemente a un cabo de la Policía Federal; hieren a otro, uno de ellos es abatido, y tres más son detenidos”, relató Bullrich. Luego se dan cuenta de que el fallecido y los otros tres que resultaron detenidos “eran cuatro miembros de la Policía Bonaerense, es decir eran delincuentes pertenecientes a la Policía Bonaerense”. Y concluyó: “Unos trabajaron como una institución, al lado de la gente, y los otros cuatro traicionaron a la institución”.