La joven que permanece detenida desde el martes pasado en Ushuaia confesó ante la jueza María Cristina Barrionuevo que mató a su hijo "a patadas en un descampado" poco después de haberse fugado del Hospital Regional de Ushuaia, donde había dado a luz unas horas antes.
La mujer, llamada Andrea Paola González Paduan, de 24 años, dijo que mató al niño en un descampado ubicado detrás de la Escuela 3 y será procesada ahora por "homicidio agravado por el vínculo y alevosía", delito que tiene penas máximas de reclusión y prisión perpetua.
González Paduan concurrió el miércoles a prestar declaración indagatoria tras ser examinada por peritos del Poder Judicial, quienes indicaron que la joven fue "responsable y consciente de sus actos".
La declaración se extendió más de cinco horas y con ella se confirmaron las versiones que indicaban que la mujer fingió no estar embarazada, motivo por el cual sus padres y una hermana, que habían sido detenidos el martes, quedaron al margen de la investigación.
Fuentes policiales manifestaron que la joven relató "con total frialdad que tras dar a luz, pasadas las 10.30 de la mañana, se marchó del hospital sin haber recibido el alta médica y luego se dirigió a un sector descampado, ubicado detrás de la Escuela 3, y allí mató a su hijo a patadas".
Después se trasladó hasta la casa familiar, ubicada en el barrio Solier, a una cuadra del lugar, y escondió a la criatura muerta en el placard de su habitación.
Explicaciones. Por su parte, el ginecólogo Marcelo Guida y el director médico del Hospital de Ushuaia, Fernando López, fueron los encargados de dar el parte oficial de los hechos que se registraron momentos antes de la desaparición de la joven junto al bebé.
Guida manifestó que el martes "la señora ingresó casi a las siete de la mañana por la guardia con contracciones uterinas" e indicó que "según la última fecha menstrual, se trataba de un embarazo en término de cuarenta semanas".
López mencionó que la mujer arribó sin documentos al hospital y sostuvo: "Llegó a la guardia en el periodo expulsivo del parto. En ese caso, el papelerío es lo que menos importa, lo que se hace es prestar atención a la paciente. Brindarle la atención que necesita y posteriormente ver qué pasa con el documento y lo demás".
Los médicos confirmaron que la mujer al ingresar "manifestó un nombre que después supimos que no era, no traía documento que aclarara su identidad y no había mucha opción, entró en período expulsivo así que la pasé directamente desde la guardia a sala de partos. Nació un chiquito en término, de tres kilos setecientos".
"La situación planteada en el servicio de maternidad del hospital era la del 90 por ciento de los partos. Una mujer que viene a la guardia, tiene su bebé, un bebé sano, normal, de buen peso, que no requiere ninguna atención extra por parte del neonatólogo", manifestó el director del hospital.
"Entonces de la sala de parto el bebé sale de los brazos de la mamá al sector de internación conjunta. Una vez ahí se le hacen los controles a la mamá y al bebé, la enfermera de neonatología y el neonatólogo controlaron al bebé y estaba todo bien", aseguró.
Asimismo, dijo que "una situación de estas es devastadora, por lo que implica desde lo profesional, desde lo institucional para el Hospital. Es un hecho lamentable, nos conmociona y nos pone muy mal a todos".
"Cuando tenemos la noticia de que la mamá y el bebé no estaban, se dio aviso al servicio social, el servicio social se presentó en el domicilio. Hubo una negación por parte de las personas que estaban en el domicilio y se dio aviso a la policía y así siguieron las cosas", concluyó López.