Sheila Arteriza (30) y Walter Sales Rubio (42) están presos en la provincia de Santa Fe desde el 22 de julio pasado. En San José del Rincón, una ciudad de 10 mil habitantes donde la pareja vivía y preparaba a niños y adolescentes para competir en triatlones, no se habla de otra cosa. Los entrenadores están acusados por múltiples abusos sexuales que comenzaron hace once años y, desde que fueron denunciados, no paran de aparecer nuevas víctimas.
La pareja está imputada por los delitos de “abuso sexual agravado con acceso carnal, abuso sexual simple y corrupción de menores”. Según fuentes judiciales, la investigación que lleva adelante el fiscal Matías Broggi comenzó a partir de una denuncia realizada el 19 de julio pasado. Tres días después sumaron otras cuatro acusaciones más.
Con el correr de los días y el estado público que tomó la causa, el número de víctima llegó catorce: once mujeres y tres varones, trece de los cuales eran menores cuando fueron sometidos sexualmente.
Este jueves el juez Gabriel Candiot dictó el procesamiento de Arteriza y Sales Rubio como coautores de múltiples ataques contra menores que practicaban natación, ciclismo y maratón.
De acuerdo con los voceros, las víctimas tenían entre 10 y 18 años cuando comenzaron los abusos. Como una forma de naturalizar los ataques les decían que “todas las chicas lo hacían”, pero también los amenazaban con difundir videos y fotos de su intimidad.
El Pozo. La mayoría de los abusos ocurrieron en el domicilio de la pareja, un lugar que las víctimas denominaron “El Pozo”, pero también hay sospechas de ataques ocurridos durante los viajes que realizaban para participar en triatlones.
Broggi, que está a cargo de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) del Ministerio Público de la Acusación (MPA), explicó que, si bien los dos tienen un grado de participación distinto, ambos “cometían los abusos simultáneamente”.
Según el funcionario judicial, Sales Rubio fue acusado en los catorce hechos presuntamente acreditados. “Se lo investiga como autor, coautor y autor mediato de abuso sexual con acceso carnal agravado; autor y cómplice necesario de abuso sexual gravemente ultrajante agravado y autor de abuso sexual simple agravado. Y se le atribuye la autoría y coautoría del delito de promoción a la corrupción de menores agravada”, explicó el fiscal.
Sobre Arteriza señaló que fue mencionada en once de los casos que están investigando. “Está imputada como autora y coautora de abuso sexual con acceso carnal agravado; autora de abuso sexual gravemente ultrajante agravado; y autora de abuso sexual simple agravado. Como su pareja, también se le atribuye ser autora, coautora y cómplice necesaria de promoción a la corrupción de menores agravada”.
Para Broggi “todos los delitos atribuidos se encuentran agravados por tratarse –tanto el hombre como la mujer investigados– de encargados de la educación de las víctimas y, en algunos casos, por la participación en los ilícitos de otras personas, algunos de ellos, menores de edad”.
Los investigadores reconocieron que están tratando de acreditar más casos, incluso algunos de ellos ocurridos fuera de la provincia de Santa Fe.
“Podemos decir que hay un mismo modus operandi, pero todo es materia de investigación porque también hay dinámicas distintas. Algunos ataques fueron más graves y otros más leves; tenemos también casos que fueron de menos tiempo y otros más prolongados”, explicó el fiscal al término de la audiencia imputativa.
En la sesión, el fiscal explicó que los entrenadores habrían obligado a uno de los deportistas a cometer un abuso sexual en perjuicio de una compañera, según reveló el sitio Aire de Santa Fe.
Si la acusación no se modifica, los acusados podrían recibir una pena de entre 8 y 50 años de cárcel.
Quince años juntos. Sales Rubio entrenó a Arteriza cuando ella tenía 15 años y no tardaron en formar pareja. Para el abogado defensor de la mujer, Alfonso Garrone, su clienta es una víctima más del entrenador.
El letrado aseguró que su defendida “es víctima de violencia de género” y explicó que habría terminado naturalizando los ataques por “no poder finalizar” la relación con su pareja.
Sobre este punto, el fiscal aseguró que las denuncias no la ubican en una posición de víctima, pero aclaró que espera indagarla para conocer su versión sobre estos hechos aberrantes en los que por ahora aparece como coautora.
Una fuerte movilización para que no los suelten
Los ataques sexuales que presuntamente cometieron los entrenadores de triatlón despertaron una enorme conmoción en San José de Rincón, una ciudad de 10 mil habitantes ubicada a siete kilómetros de la capital provincial.
Este jueves hubo una fuerte movilización frente a los tribunales. De la concentración participaron algunas de las víctimas, sus familiares y hasta ingrantes de la ONG Pañuelos Amarillos.
Con grandes carteles los manifestantes mostraron su posición: “Con lxs niñxs no”, “basta de abusos sexuales infantiles” fueron algunos de los mensajes. Otra bandera pedía justicia y una condena a perpetua para “los entrenadores del horror”.
Ese mismo día, la hermana de 26 años de la entrenadora acusada se presentó en la Justicia frente a las versiones que indicaban sobre su presunta participación en los hechos. Lo hizo acompañada por el abogado Alfonso Garrone, también defensor de su hermana. La joven quedó demorada preventivamente a la espera de la audiencia imputativa.