Un día como hoy, hace 35 años, el Congreso sancionó una reforma al Código Penal propuesta por el presidente Juan Domingo Perón que endureció las leyes contra los grupos guerrilleros que desafiaban su poder, a los que cinco días antes había llamado “ grupos terroristas” y “verdaderos enemigos de la Patria”.
Fue el punto culminante de una tensa semana que había comenzado con el cruento ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), trotskista, al cuartel de Azul, y que siguió con un durísimo mensaje de Perón en su uniforme de teniente general por radio y TV; con el alejamiento del gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain, un aliado de Montoneros; con una áspera reunión televisada entre Perón y diputados disidentes, y con la renuncia de ocho de estos legisladores, en su mayoría vinculados a Montoneros, que luego fueron expulsados del peronismo. Una semana trágica en las relaciones entre Perón y los montoneros, un anticipo del episodio final de la ruptura entre el General y la que había sido su “juventud maravillosa”, que llegaría a los pocos meses, el 1º de mayo de 1974.
En toda esta semana en la que el peronismo estuvo con las tripas al aires sobrevoló el fantasma del secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, el alfil de Perón en el sindicalismo, que había sido asesinado por un pelotón de Montoneros el 25 de septiembre de 1973, en la llamada “ Operación Traviata”.
Perón aludió a él el 22 de enero de 1974, cuando apostrofó a los diputados que se negaban a aprobar sus reformas al Código Penal. “¿Y nos vamos a dejar matar? Lo mataron al secretario general de la Confederación General del Trabajo, están asesinando alevosamente y nosotros con los brazos cruzados porque no tenemos una ley para reprimirlos.”
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