La vicepresidenta, Victoria Villarruel, viajará a Tucumán este 9 de julio, a pesar de las "cuestiones climáticas". Así se lo confirmaron desde su entorno a PERFIL: "Viaja". La titular del Senado se diferenció una vez más del presidente, Javier Milei, y esperó hasta que le dijeran que se podía viajar.
Antes de confirmarse la suspensión del viaje de Javier Milei por cuestiones climáticas, el Día de la Independencia iba a volver a exponer las fisuras internas del Gobierno Nacional. Como ya ocurrió en fechas patrias anteriores, el Presidente y su vice, Victoria Villarruel, no iban a compartir escenario en Tucumán y cada uno llevaría adelante su propia actividad institucional. A pesar de haber llegado juntos al poder, el vínculo político entre el Presidente y la vicepresidenta se mostró cada vez más erosionado, al punto de derivar en una agenda partida incluso en los actos por el 9 de Julio.
Antes de todos estos eventos, Villarruel tenía previsto arribar a Tucumán durante el martes al mediodía y visitar la Casa Histórica, pero no participaría del Tedeum ni de la vigilia organizado por el Gobierno Nacional. Según confirmaron en su entorno a PERFIL, la titular del Senado también iba a pasar por la Iglesia Catedral, aunque sin integrarse a las actividades oficiales encabezadas por Milei, lo que sería otra jornada patria con imágenes paralelas. Sin embargo, el status de la agenda de Villarruel ahora no está definido y dependerá también de cuándo sale su vuelo comercial desde Aeroparque.
El Presidente, por su parte, no viajó a Tucumán ayer por la noche como lo tenía previsto para encabezar el Tedeum y la vigilia organizada por el Gobierno Nacional por el 9 de julio, Día de la Independencia. Desde Casa Rosada aludieron a cuestiones "climáticas" que dificultarían el retorno del mandatario.
El acto ya tenía dos acontecimientos que marcaban una fragmentación política hacia el Poder Ejecutivo: que solo había tres gobernadores que confirmaron su asistencia y que Villarruel viajaría a Tucumán pero con agenda propia, separada de la del jefe de Estado Nacional.

Gobernadores ausentes y un tenso clima que se prepara en el Senado
Según había adelantado el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, Milei iba a permanecer apenas dos horas en la provincia. "El Presidente va a estar en Tucumán para dar su mensaje a la Nación y, luego de la vigilia, partirá hacia Buenos Aires para participar de otras actividades oficiales", había asegurado. El miércoles, el mandatario iba a presidir un acto en el Campo Argentino de Polo con bandas militares, pero sin desfile tradicional en las calles porteñas.
Los otros gobernadores que confirmaron su asistencia fueron Raúl Jalil (Catamarca) y Carlos Sadir (Jujuy). El contexto de un fuerte descontento de los mandatarios provinciales con el Ejecutivo nacional es claro, y se podría terminar de evidenciar con una sesión autoconvocada por la oposición este jueves en el Senado, para tratar las cuestiones que el Gobierno quiere frenar por el costo fiscal que representarían, como los proyectos previsionales y la emergencia en Discapacidad que ya tienen media sanción en Diputados.
El caso del salteño Gustavo Sáenz generó sorpresa a los organizadores dado que hasta el mediodía lo esperaban pero luego decidió enviar a su vicegobernador, Antonio Marocco, en su lugar. El mismo gesto adoptaron otros mandatarios con la excusa de que a la misma hora deben encabezar los actos oficiales en sus provincias como las galas líricas en los teatros principales de cada capital.
Entre los mandatarios que ya habían avisado que no asistirían figuraban el bonaerense Axel Kicillof y el porteño Jorge Macri, los de trato más distante con el Presidente. En el caso de Santa Fe, Maximiliano Pullaro se encontraba de gira oficial por Estados Unidos.
Una relación quebrada
La decisión de no compartir escenario entre la fórmula que ganó las elecciones presidenciales de 2023 no sorprende puertas adentro del oficialismo. Desde diferencias estratégicas durante la campaña hasta desacuerdos concretos en la gestión, la relación entre Milei y Villarruel se deterioró visiblemente. El 25 de Mayo coincidieron en la Catedral Metropolitana pero no se saludaron. El 20 de junio, por el Día de la Bandera, el Presidente eligió un acto en el Campo de Polo mientras la vicepresidenta homenajeó a Belgrano en Rosario.
La desconfianza entre ambas figuras se volvió inocultable. Senadores con buen vínculo con Villarruel señalaron a Karina Milei y a Santiago Caputo como los principales responsables del distanciamiento, a quienes acusan de ejercer un “triángulo de hierro” en las decisiones gubernamentales. Ese esquema, dicen, aísla a la vicepresidenta y debilita su capacidad de intervención institucional.
En marzo de este año, Villarruel ventiló públicamente esa tensión cuando describió al Presidente como “un pobre jamoncito” entre ella y su hermana. La metáfora dejó expuesta una interna que se volvió cada vez más visible. La polémica posterior al canto racista de jugadores de la Selección en Francia, cuando Milei defendió a Karina, terminó de profundizar la fractura.
Los últimos gestos también alimentaron las especulaciones. Villarruel no asistió a la más reciente reunión de gabinete en Casa Rosada y mantiene una comunicación escasa con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El contraste entre la centralidad de la Casa Rosada y la autonomía creciente de la vicepresidenta se reflejará, una vez más, en las imágenes del 9 de Julio.
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