A cien días de la cumbre de líderes del G20, hay un aspecto esencial de la seguridad que preocupa al Gobierno, porque no pudo ser resuelto aún: faltan los sesenta blindados de alta gama para el traslado de los 35 líderes internacionales y sus cónyuges. Y no es el único compromiso pendiente en materia de logística, aunque los organizadores afirman, de forma extraoficial, que confían en tener lista la mayoría para fin de septiembre. Según pudo consignar PERFIL de diversas fuentes vinculadas al evento, del lado público y privado, las unidades blindadas todavía no están porque no existe el número de vehículos requeridos de esa categoría premium en Argentina. De ahí que estudien traer algunos de Brasil y Perú, aunque no serían suficientes.
Mediante la decisión administrativa 902/2018, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que integran las argentinas FyN SA y Oymyakon SA, la mexicana Creatividad y Espectáculos SA de CV y la alemana Brähler se hizo cargo de la gestión integral del mayor evento internacional en años en Argentina. El pliego licitado comprende unos mil ítems en diez categorías por un contrato de 750 millones de pesos. Los requerimientos van desde las condiciones mínimas de infraestructura hasta los obsequios protocolares, entretenimientos, recursos humanos y facilidades de trabajo.
En las condiciones de contratación se demanda la operatividad de estos blindados por el plazo de cuatro días, a sabiendas de que los líderes y sus delegaciones aterrizarán hasta 48 horas antes de las fechas dispuestas para el foro, el 30 de noviembre y 1º de diciembre. En total, se aguarda el desembarco de 7 mil personas durante esa semana, entre delegaciones y periodistas.
A la par de estos autos especiales, los organizadores deben cumplir con otra extensa demanda de vehículos: 80 unidades de alta gama (sin blindaje) para funcionarios de primer nivel; 35 vans con capacidad para 15 pasajeros; otras 45 con 19 butacas; 42 minibuses de 24 plazas y 81 micros de 45 asientos. Por último, para el traslado dentro del predio de Costa Salguero, donde funcionará el evento, la UTE deberá proveer 40 carritos eléctricos, como los utilizados en los green de golf.
Un problema que tampoco han abordado los organizadores es el ítem de los intérpretes, una tarea que no se percibe sencilla. El pliego exige tres por cada una de las cabinas dispuestas para, al menos, diez de los 14 idiomas del G20. Se calculan unos 80 profesionales, lo que podría resultar fácil para algunas lenguas como el inglés o el francés y muy intrincado en otras menos habituales en Argentina, como el hindi.
En rigor, donde más se avanzó es en la logística sobre el predio elegido, si bien también allí resta una ardua tarea para acondicionar los 25 mil metros cuadrados comprometidos por el Gobierno para las dos salas plenarias, seis de conferencia, seis de entrevistas y 18 salones dispuestos para bilaterales, una agenda tanto o más nutrida que la del foro. El Centro de Medios, por su parte, se montará en Parque Norte con 200 computadoras y 50 impresoras y traslados a la sede del G20.
