Darío Giustozzi y Felipe Solá comparten la bancada del Frente Renovador en la Cámara de Diputados. Tienen la misma esperanza: ser precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2015. Y ahora tienen el mismo miedo: que el kirchnerista Martín Insaurralde "pegue el salto" al massismo y les gane la interna.
Es que, aunque falte casi un año para el cierre de listas de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de 2015, el excandidato del Frente Para la Victoria mira cada vez con mejores ojos a quien lo derrotó en las legislativas de 2013, Sergio Massa. El tigrense mide mejor en algunas encuestas que el gobernador Daniel Scioli, lo que hace temer al kirchnerismo que Insaurralde cambie de bando, aunque él lo haya negado meses atrás.
“Hasta el 2015 va a haber algunos problemitas y uno de los problemitas puede ser Insaurralde", reconoció Felipe Solá, uno de los que aspira a volver al sillón provincial que ocupó entre 2002 y 2007, también en las filas del oficialismo.
“Si Insaurralde se sube el precio para ver por qué partido va, es una forma muy especial de hacer política. Lo que me a mí me gustaría es ganar las PASO”, opinó el legislador en diálogo con Radio Nacional Rock.
Giustozzi, que dejó la intendencia de Almirante Brown para dirigir el bloque massista en Diputados, fue más allá y rechazó de plano la llegada de Insaurralde, a quien asoció con Amado Boudou, el vicepresidente procesado en el Caso Ciccone.
“Los que impulsan el ingreso de Insaurralde no se dan cuenta de que es una forma de abrirle la puerta a Boudou y a su gente. No se puede especular todo el tiempo con todo. Lo que hay que hacer es honrar con los hechos lo que se sostiene con la palabra”, dijo el diputado al diario Clarín.
El legislador incluso amenazó con abandonar el Frente Renovador: "Yo no voy a hacer política en contra de mis principios; antes de eso me voy a mi casa con mis verdades a cuestas", remató.