Mientras el Vaticano se prepara para la misa de inicio de su pontificado, el Papa Francisco mira hacia Buenos Aires. Pendiente de una agenda cargada por actividades protocolares, y tras un día comentado por la prensa internacional, luego de la reunión mantenida con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Sumo Pontífice se comunicó telefónicamente con Buenos Aires.
Ya lo había hecho el jueves pasado para comunicarse con su familia, coordinar asuntos pendientes y reordenar su agenda, cancelada por su traslado al Vaticano, Francisco llamó al padre Alejandro Russo, rector de la Catedral Metropolitana.
"Soy yo", dijo el exarzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, desde Italia. "Si, ya sé", respondió Russo, con cierto asombro. "¿Sabés quién habla?", preguntó el Papa. "Claro que sé quien habla", respondió el párroco metropolitano.
Tentado ante la situación, Bergoglio insistió. "A ver, ¿quién habla?". La respuesta que obtuvo lo hizo estallar en una carcajada. "El sucesor de Pedro", contestó Russo.
Según pudo saber Perfil.com, el motivo de la comunicación se centró en saber cómo seguían las tareas pendientes en la Arquidiócesis, y conocer algunos detalles de la vigilia que se vive en diferentes ciudades del país, pendientes de un hecho trascendental: su entronización.