El caso de hermanos Eduardo y Gustavo Juliá, detenidos desde hace once días en España junto a Matías Miret, sigue teniendo ribetes sorprendentes: las computadoras que el juez Alejandro Catania secuestró en el allanamiento de Medical Jet no tenían disco rígido.
Esas máquinas contenían información clave para seguir con otras líneas de investigación en la causa que encabeza el juzgado en lo Penal Económico.
Hasta el momento, se trabaja para determinar los vuelos que hizo el Challenger 604 y trascendió un dato hasta el momento desconocido: el jet que permanecía en la base aérea de Morón desde noviembre llevó otros tripulantes en el corto trayecto que va desde la allí hasta Ezeiza el 29 de diciembre, según informó el diario La Nación. Los investigadores creen que existen varios niveles en la banda encargada del tráfico de drogas.
Otro asunto espinoso tiene que ver con el cargamento. La hipótesis sobre la salida de la droga desde Buenos Aires cobró más fuerza cuando, por una deducción lógica, se constató que los más de 900 kilos de cocaína no podrían haberse subido en África, donde el jet frenó para cargar combustible sólo 40 minutos. Desde luego, es parte de la investigación. Desde el Gobierno no se descartó que la droga haya salido del país.
En ese punto, los cálculos para el traslado estaban calculados y se sospecha que un ingeniero sirvió como asesor: “La distribución de los panes de cocaína estuvo milimétricamente calculada. No hay dudas de que los sospechosos estuvieron asesorados por un ingeniero”, le dijeron a La Nación fuentes con acceso a la causa.
El ingeniero, en este sentido, habría sido fundamental en el armado de un compartimento para cargar los 944 kilos de droga. “El trabajo sólo se pudo hacer en un galpón donde pudieran estar tranquilos, seguros de que no iban a ser descubiertos”.
Por otro lado, el diario Clarín reveló hoy que el traslado involucró a cuatro sociedades de bandera norteamericana que sirvieron a Gustavo Juliá para tramitar y pagar el Challenger 604 usado para viajar a España que, al ser de Estados Unidos, no podía operar como taxi aéreo a menos que se presente una licencia específica, algo que los hermanos y Miret jamás declararon.
A pesar de que las primeras informaciones señalaban que el avión era operado por Medical Jet, lo cierto es que los hermanos Juliá nunca declararon su empresa para el vuelo narco, según el matutino.