La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró el Museo de Malvinas en el llamado "Espacio de la Memoria", ubicado donde funcionara el centro clandestino de detención durante la última dictadura militar, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
El flamante edificio del barrio porteño de Núñez "tendrá como objetivo formar, educar y concientizar sobre la soberanía argentina en el archipiélago". Dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, es el primer museo del Estado nacional que representa la memoria colectiva del pueblo argentino sobre las Malvinas.
El museo, ubicado sobre Avenida Libertador al 8100, se encuentra en una plaza abierta, a la que se puede acceder a través de un largo muelle que conecta el museo con un espacio al aire libre, que recrea la geografía y el paisaje de las islas, así como su flora y fauna.
Tras la inauguración, la Jefa de Estado brindó un discurso por Cadena Nacional en que agradeció "la presencia, compartiendo este momento histórico, del señor secretario general de la UNASUR, compañero Ariel Rodríguez y de los señores ministros de Defensa de las hermanas república de Chile y Surinam".
"Hoy, hace exactamente 185 años, no solamente se ordenaba la creación de la Comandancia General Militar de nuestras Islas Malvinas, sino que por primera vez allí su gobernador el Comandante Luis Vernet izaba el pabellón nacional", narró CFK. Por eso, continuó, le dio "la orden al jefe de Regimiento de Granaderos de que izara el pabellón nacional en este lugar sentí una gran emoción, no sólamente por lo que la fecha significa, sino porque, a no confundirse, esto no es una construcción edilicia, esto que hoy inauguramos es la construcción edilicia en honor a Malvinas más importante de la historia argentina".
La mandataria hizo mención especial a los combatientes de la guerra iniciada el 2 de abril de 1982.
"Algunos descansan allá. Otros en el fondo del mar. Otros no descansarán nunca porque los perseguirá siempre el fantasma terrible de la guerra", afirmó, y luego agregó que otros descansan "también aquí, porque no tomamos la historia con beneficio de inventario. La historia argentina es una sola, no se puede fragmentar ni separar".
"Hemos decidido que esta construcción, este museo, tuviera lugar en este sitio de la memoria. Nosotros, que tenemos en la memoria uno de los pilares fundamentales de nuestras políticas, hemos pedido también hacerlo aquí", aseguró Cristina.
Como suele hacerlo, la presidenta recordó su historia y la de su ex marido Néstor Kirchner, que "estuvo en la primera de las plazas", la marcha de la CGT del 30 de marzo de 1982. "Estaba por trabajo en Buenos Aires y él fue. Corrió la misma suerte, no la misma suerte, a algunos se los llevaron presos, a otros los corrieron y los gasearon", contó.
También explicó que no quiso llevar a su hijo Máximo Kirchner a la plaza del 2 de abril en Río Gallegos, ubicada en "la avenida que entonces era San Martín y Roca y hoy es San Martín y Kirchner y yo hubiese preferido que todavía se llamara Roca".
"Algunos preguntarán por qué no lo quiso llevar a su hijo el día 2 de abril a la plaza. Porque yo tengo una mirada de que nuestro ejército, nuestras fuerzas armadas, sólo han salido victoriosas a lo largo de la historia, cuando han combatido junto al pueblo, nunca contra el pueblo", sostuvo CFK. "No se pueden construir victorias sobre la sangre del pueblo. Con la sangre del pueblo se han construído grandes victorias, pero no contra la sangre del pueblo", remató.
Sorpresivamente, Cristina omitió brindar números de la obra y lo dejó bien en claro: "Contra mi costumbre voy a omitir los miles de metros cuadrados o las cifras que costó esta construcción, porque esos son detalles".
También llamó la atención la presencia del vicepresidente Amado Boudou justo detrás de la presidenta, junto al canciller Héctor Timerman, un día después de su declaración indagatoria ante el juez Ariel Lijo por el Caso Ciccone.