El diálogo se cortó. El propio Alberto Fernández le puso un freno a las conversaciones que venía manteniendo con la oposición y le dio la orden al resto de los dirigentes del Frente de Todos de hacer lo mismo. El Gobierno decidió poner en suspenso la reunión con la oposición después del comunicado de Juntos por el Cambio en el que se criticó la presentación de Martín Guzmán por no contener “ningún proyecto” y exigir “información concreta” al encuentro del que sí esta vez participarían.
El jefe de Estado había sido el encargado de hablar con los gobernadores radicales. Llamó a Gerardo Morales (Jujuy) y a Gustavo Valdés (Corrientes). El objetivo era que acepten la invitación de la Casa Rosada para participar de una reunión en la que el ministro de Economía, Martín Guzmán, daría detalles del acuerdo con el FMI. Los jefes provinciales no aceptaron ir, por lo que no fueron parte de la foto del miércoles, pero mandaron representantes y acordaron participar de otro encuentro en el que incluirían a los jefes de los bloques de Juntos por el Cambio.
El diálogo entre la Rosada y la oposición por el momento está interrumpido
Aunque en un principio se habló de hacer el encuentro este lunes, Fernández y Morales acordaron posponerlo para después del 15 de enero para que puedan participar todos los dirigentes. El oficialismo advirtió: en la reunión también participarían el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el presidente del bloque de diputados del FdT, Máximo Kirchner y el titular de la bancada oficial del Senado, José Mayans.
Pero todo cambió horas después, cuando distintos dirigentes de Juntos por el Cambio salieron a cuestionar de manera dura a la presentación que Guzmán había hecho frente a gobernadores aliados. El comunicado del partido opositor terminó de romper los puentes que había construido el propio Presidente. “Nos sorprendió la violencia del comunicado. Si están tan indignados con el tema del Fondo Monetario, podrían pedirle explicaciones a Macri”, dijo a PERFIL la portavoz oficial, Gabriela Cerruti.
El Gobierno Nacional “no presentó ningún programa, por lo que es indispensable que a la reunión del lunes traigan información concreta y sustancial sobre cuáles son los pasos a seguir para que la Argentina retome el camino del crecimiento”, decía el comunicado.
En el Gobierno aseguran que el ala dura se volvió a imponer: “para solucionar la interna de ellos meten un tono prepotente que da vergüenza. ¿Insultan y descalifican al ministro con el que se van a reunir en dos días? Es raro”, dijeron desde la Casa Rosada.
Aunque el único diálogo abierto es frío y apenas se intercambian algunos mensajes el Presidente y Morales, en la Rosada advierten que no hay fecha de un nuevo encuentro y que si se concreta, será en el Ministerio de Economía. En Juntos por el Cambio aseguraban que el ámbito en el que discutirían es en el Congreso.
Este viernes, el Presidente le expresó a su círculo de confianza que lamentaba “las barbaridades” que se escribieron en el comunicado y “las expresiones” de Patricia Bullirch y Horacio Rodríguez Larreta. “Esto hizo insostenible el encuentro”, les dijo mientras lo lamentaba ya que “Morales y Valdés fueron muy correctos con el tratamiento del tema deuda” y se mostraba agradecido por “haber mandado a sus vices a la reunión” y sobre todo, con el gobernador de Jujuy, por “ser elocuente con sus dichos”.