Las nubes empezaron a cubrir el cielo romano cerca del mediodía. A esa hora, Alberto Fernández salió caminando de su hotel ubicado en la zona de la Via Venetto. Un par de horas antes, había finalizado su cita con Kristalina Georgieva y luego estuvo en su habitación analizando los detalles que dejó el cónclave con el ministro Martín Guzmán. Caminó unos quinientos metros en dirección a la Fontana de Trevi, que en esta época de pandemia luce casi sin gente. Acompañado de sus secretarios Julio Vittobelo y Juan Pablo Biondi, primero se metieron en un local para comprar pasta de aceitunas con trufas y luego almorzaron en la Plaza Navona.
Fernández salió a tomar aire en la primavera europea. La valija que subió al vuelo de Aerolíneas Argentinas aterrizará este sábado en Ezeiza cargada de oxígeno. Al menos con el objetivo que vino a buscar al otro lado del Atlántico. En su último contacto en Roma con PERFIL, que acompañó toda la gira, analizó: “Me voy muy contento porque los objetivos que nos planteamos los pudimos alcanzar todos. Avanzamos con la deuda, que era el tema que más nos preocupa”.
Según el Presidente, la gira cerró este viernes con el capítulo deuda aprobado y se lograron avances en las renegociaciones con el FMI y el Club de París.
Apoyos. El viaje arrancó el domingo pasado y visitó durante seis días cuatro capitales europeas, Lisboa, Madrid, París y Roma. Fernández tuvo en esos países apoyos en su propuesta para evitar el default, renegociar pagos y obtener beneficios de los organismos de crédito. En esa misma línea también le manifestó su respaldo el papa Francisco, en una audiencia privada en el Vaticano. Y, fuera de agenda, coronó la gira con un encuentro con Kristalina Georgieva (ver página 3).
En la última jornada de la apretada gira oficial, el semblante de la comitiva era de satisfacción. “Nos llevamos lo que vinimos a buscar y más”, se entusiasmó uno de los hombres más cercanos al Presidente. El balance de la gira es “excelente”, calificó la misma fuente.
El objetivo de la gira presidencial es lograr un “puente de tiempo”, como les gusta definir a Guzmán, con el Club de París para posponer el vencimiento del 31 de mayo próximo por unos US$ 2.400 millones. A partir de ahí, conseguir negociar con el FMI un acuerdo integral que incluya un programa de pagos sustentables y evitar afrontar los vencimientos de este año con el organismo, en septiembre y diciembre.
En detalle, Fernández y Guzmán se mostraron entusiasmados con uno de los pedidos que logró el respaldo de los cuatro países que tocó esta gira, y también de parte de Francisco. Se trata de eliminar los sobrecargos a las tasas que pagan países como la Argentina. Si esto finalmente prospera, el país podría evitar pagar US$ 950 millones el año próximo.
Fondos. Otro de los temas que se trató con los líderes europeos generó ruido interno en la coalición del Frente de Todos. Tiene que ver con el destino de los derechos especiales de giro (DEG), unos US$ 4.500 que la Argentina deberá recibir en agosto en el marco de la pandemia. El kirchnerismo primero le marcó la cancha a Guzmán al aprobar un proyecto de declaración para que esos fondos sean destinados a la emergencia de la pandemia y no al pago de la deuda.
Tanto el Presidente como el ministro mostraron su malestar en privado, y trataron de minimizar la iniciativa kirchnerista en el Senado. Cerca de Guzmán, argumentan que su idea no es pagar deuda con esos US$ 4.500 millones, sino utilizarlos para fortalecer las reservas y a la vez poder emitir pesos para las medidas de emergencia.
Guzmán intentará ir más allá con este tema ante el FMI. Pretende que los DEG que los países ricos no utilicen sean girados a naciones como la Argentina.
La gira de Fernández tenía previsto finalizar este jueves, tras los encuentros con el papa Francisco en el Vaticano, y las últimas visitas de Estado al presidente Sergio Mattarella y al primer ministro Mario Draghi. Finalmente, la confirmación del encuentro con Georgieva pospuso el viaje un día más, y tuvo al filo del cierre una cita con John Kerry, funcionario de Joe Biden, para discutir la agenda del cambio climático.
“Que Europa nos esté apoyando con el tema de los sobrecargos, que Macron atienda nuestras necesidades frente al Club de París, que Antonio Costa y Pedro Sánchez nos estén acompañando, todo eso es muy importante”, señaló Fernández ante este medio.
El jefe Estado repite en privado que el capítulo deuda es un déjà vu, en referencia a la renegociación que llevó adelante el gobierno de Néstor Kirchner cuando él era jefe de Gabinete. “Quiero dar vuelta la página”, dice. Desde hoy, volverá a los problemas domésticos, alejado de las alfombras rojas, los líderes mundiales y las reuniones bilaterales. La política y los problemas argentinos lo esperan.
Una yapa con Kerry
La extensión de la gira también le permitió al presidente Alberto Fernández reunirse ayer en Roma con el ex secretario de Estado de los Estados Unidos y enviado especial de ese país para el Clima, John Kerry, quien mañana será recibido por el papa Francisco.
El encuentro se realizó en el hotel Regina de la capital italiana, donde se aloja Kerry.
“Abordamos los temas que nos preocupan a los dos como país. Le dije que vi como algo auspicioso la reunión que organizó Estados Unidos por el tema ambiental, que celebraba el regreso de este país al acuerdo con París, me preguntó cuál era mi vocación de trabajar juntos en América Latina y le dije que contara conmigo absolutamente para todo”, dijo Fernández sobre este encuentro.
“Se tocó incidentalmente porque me pidió una opinión y le dije lo que opino”, dijo sobre Venezuela el Presidente.
Fernández estuvo acompañado en la entrevista por el canciller Felipe Solá y por el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz.
Kerry estuvo acompañado por el embajador David H. Thorne, Jonathan Pershing, Kitty DiMartino y Jennifer Harhigh y Silvia Giovanazzi.
*Desde Roma, enviado especial de PERFIL.
