Aunque la curva de infectados de coronavirus comience a ascender de manera acelerada, Alberto Fernández flexibiliza su propia cuarentena. El Presidente deja la Quinta de Olivos y las visitas en la provincia de Buenos Aires como las únicas salidas que mantuvo desde el 20 de marzo para volver a recorrer el país con una agenda en la que no solo tendrá protagonismo la pandemia, sino que pretende empezar a instalar una gestión que traspasa la pandemia.
En la Quinta de Olivos, los médicos le toman la temperatura corporal todos los días. Mientras ya hay distintos dirigentes que se debieron someter a testeos por haber estado en contacto con casos positivos de coronavirus, hasta ahora Fernández no debió pasar por el análisis. Tampoco hubo días de alarma en la Residencia por algún síntoma del virus. Los dos testeos rápidos que los científicos del Conicet crearon y le regalaron con un packaging especial para el Presidente, siguen intactos. “Ni Ginés González García ni los médicos con los que estoy a diario me dan tantas indicaciones como ustedes”, le suele decir el mandatario a su equipo cuando en alguna recorrida le piden que mantenga mayor distancia social. Desde Presidencia implementan un protocolo sanitario en cada salida, pero cuando llega Fernández aparece el desorden: Empleados o vecinos que advierten su llegada pretenden acercarse a saludarlo.
Para las visitas al interior que comenzaron este jueves por Santiago del Estero y Tucumán, los gobernadores debieron seguir los protocolos sanitarios enviados desde Olivos. El Presidente viajó con una comitiva reducida, a quienes antes de volar también se les toma la temperatura. Las áreas a las que llegue Fernández deben estar despejadas y, en cada acto debe estar señalizado en el piso dónde se deben ubicar los funcionarios respetando un metro y medio de distancia entre cada uno.
El objetivo de estas salidas es que la agenda presidencial en el interior no esté enfocada en su totalidad a medidas de prevención ante el coronavirus como inauguraciones de hospitales y camas. Aunque no podrá esquivar estas fotos, la idea es comenzar a mostrar obras públicas y visitas a empresas que sirva para mostrar una reactivación de la economía.
En Santiago del Estero, el gobernador Gerardo Zamora lo esperó para inaugurar una empresa agroindustrial, visitar una obra de ampliación de colectores y redes cloacales y la puesta en valor del Colegio del Centenario. En Tucumán lo recibió el jefe provincial, Juan Manzur. Firmaron un convenio para la ejecución de obras de pavimento y de cordón cunetas para distintos municipios, visitó una Planta de Tratamientos Cloacales de Las Talitas. Y, en este caso, sumó también una recorrida por el Hospital Eva Perón en Banda del Río Salí, donde se instaló un hospital modular para casos de covid-19.
Las próximas semanas, el objetivo es que el jefe de Estado continúe con las visitas al interior del país. Fernández quiere recuperar una agenda de gestión por afuera de la pandemia y la idea de la campaña electoral en donde anunció que sería un Presidente “más federal”. Por eso, días atrás presentó el Plan Federal Argentina Construye junto a la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa. Este programa no surgió por iniciativa de la ministra, sino que tuvo que ver con la búsqueda de Presidencia de inicitavas que muestren que el Gobierno no se paraliza frente a la pandemia. Por eso, desde Olivos le pidieron a los distintos funcionarios con las carteras más aliviadas ante el virus, que preparen programas y anuncios para poder mostrar un “relanzamiento” de la gestión.
Estos pedidos llegan incluso con algunas críticas hacia ministerios que antes de la pandamia ya mostraban una inactividad que en la Rosada comenzaba a molestar. Reproches que el coronavirus enfrió hasta hoy.
