En los pasillos de la Casa Rosada se respira optimismo. Para algunos funcionarios, la que pasó fue la mejor semana de Alberto Fernández desde que llegó a la Casa Rosada. La carta de apoyo del Fondo Monetario Internacional en medio de la delicada negociación de la deuda fue como un bálsamo para varios ministros que desde que asumieron sus cargos tuvieron poco y nada de gestión para mostrar, ya que a la falta de fondos se le suma la incertidumbre por un acuerdo con los bonistas y el FMI.
El espaldarazo de las autoridades del Fondo sirvió también, según cuentan en la Rosada, para revalorizar la gira europea del Presidente, que se vio opacada por las internas dentro de la coalición gobernante tras el reclamo de varios referentes kirchneristas en torno a los presos políticos.
Cerca del Presidente, destacan también algunas variables económicas que los llevan a mostrarse optimistas pese a la difícil situación. Entre ellas, la baja en inflación de enero, que marcó 2,3% y que podría tener un número similar para este mes. Sin embargo, esta semana hubo un contrapunto entre el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien había admitido que en julio se descongelarían las tarifas, algo que luego salió a desmentir el propio Presidente.
El reparto de la tarjeta Alimentar es otro de los ejes que el Gobierno valora. Se terminaron de repartir en la provincia de Buenos Aires y estiman que para marzo ya estarán entregadas 1,4 millones. “A partir del mes que viene tendremos un primer análisis de la tarjeta en las zonas más castigadas y creemos que tendrán un impacto directo en la economía real”, se entusiasma un funcionario. También el Gobierno pone en el eje del optimismo la línea de créditos del Banco Nación para pymes.
El ahorro de US$ 1.500 millones, detrás del ida y vuelta oficialista por las tarifas
Discurso. Este fin de semana, Alberto comenzará a trabajar en la letra fina del discurso de apertura de sesiones ordinarias que dará el próximo domingo. Su jefe de Gabinete y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, están elaborando un borrador –en el que aportan ministros y también intelectuales que asesoran a la Rosada– que luego el Presidente terminará de editar y reescribir. Fernández espera que, como pasó en el discurso del 10 de diciembre, se transforme también en una piedra basal de su gestión. Por eso, los ejes estarán planteados en diagnóstico y futuro.
En la apertura de sesiones ordinarias del domingo, que se realizará a las 11.30 en la Cámara de Diputados, Fernández hará un profundo repaso de la herencia recibida tras los cuatro años de macrismo. En especial, dedicará varias líneas a explicar el origen de la deuda, uno de los principales caballitos de batalla del Frente de Todos durante la campaña y en estos meses en el gobierno.
También se esperan definiciones en dos temas que anunció el 10 de diciembre. Uno es el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Tras el masivo “pañuelazo” verde del miércoles pasado y ante la convocataria (que también se prevé multitudinaria) de los “celestes” en Luján, el proyecto oficial incluirá algunos detalles como la objeción de conciencia institucional para evitar que la iniciativa “ profundice la grieta”.
También se esperan definiciones sobre la reforma judicial, que no se trató en las extraordinarias y se cree que llegará al recinto recién a mediados de año. Igualmente, el Gobierno ya puso en marcha su anticipada reforma en los tribunales con los cambios en el régimen de las jubilaciones de privilegio, que provocó la salida en una semana de treinta jueces y fiscales y que se espera se acelere cuando el jueves se apruebe la media sanción de la norma.
