POLITICA
criticas cruzadas

Alberto Fernández y Axel Kicillof ajustan planes para reducir tensiones

El Presidente y el gobernador bonaerense viajaron a Israel y acordaron estrategias conjuntas por la deuda y futuras medidas. Fernández debe contener el reclamo de funcionarios e intendentes que se quejan por el estilo de Kicillof.

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Gira. Alberto subió a Axel al avión rumbo a Israel, donde compartieron agenda y ratos libres. | cedoc

Aunque su jefa política es Cristina Kirchner, con quien puede llegar a hablar varias veces al día, Axel Kicillof también mantiene el diálogo abierto con Alberto Fernández. Dependiendo del grado de privacidad de la charla, chatean por WhatsApp o Telegram; es uno de los pocos gobernadores que pisaron la Quinta de Olivos, y el único que se subió a la comitiva de la primera salida presidencial del país. El Presidente admite que son diferentes en el manejo del Estado, pero inmediatamente aclara que esas diferencias son las que hicieron fuerte a la alianza que llegó al gobierno. Lo aconseja, ajustan sintonía, pero Fernández también debe serenar a funcionarios propios e intendentes que llegan a la Rosada con críticas hacia el jefe provincial bonaerense.

La dureza de Kicillof en la negociación de la ley impositiva y la renegociación de la deuda contrasta con el perfil conciliador que imprimió Fernández a las primeras semanas de gobierno. En ambos casos, el Presidente les pidió a sus funcionarios colaborar con el gobernador. Cuando la negociación de la ley impositiva con la oposición se había empantanado, el propio mandatario –junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y a Eduardo “Wado” de Pedro (Interior)– siguió el tema de cerca. Fue en plena pelea con Juntos por el Cambio cuando Kicillof llegó por primera vez a la Quinta de Olivos; allí y ante el Presidente defendió su postura de no ceder ante el 75% de aumento del Inmobiliario.

En esos días, Fernández le dijo a su círculo más íntimo que hubo “cierta ingenuidad” por parte de Kicillof al encarar la negociación con una oposición que, a la vez, peleaba por distintos cargos. “En el Senado era una discusión por módulos, módulos y módulos, y los intendentes no son lores ingleses; no se te podía complicar la negociación con la oposición”, se quejó –sin filtros– un intendente que llegó al primer piso de la Casa Rosada a mostrar su descontento. Cerca de Kicillof aseguran que no se trata de ingenuidad. “No me van a desvalijar por un carguito o una obra como hacían con María Eugenia Vidal”, dice el gobernador sobre su negativa a cerrar acuerdos con la oposición que aún deben sellarse.

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“En este mes y medio logramos calmar un clima que venía áspero, Alberto logró que haya expectativa y que la bronca de un lado y del otro bajara, y cuando aparece Axel hace subir dos grados más la temperatura del horno”, dice un funcionario nacional. Fernández muestra su perfil más conciliador e insiste en que deben colaborar con el bonaerense.

Hasta ahora, no hubo coordinación en la gestión. Distintos ministros nacionales desembarcaron en el territorio bonaerense sin el acompañamiento de sus pares provinciales. El ministro de Salud, Ginés González García, recorrió el Hospital Posadas de Morón junto a distintos intendentes, pero no estuvo allí el funcionario del área bonaerense. El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, desembarcó en Hurlingham para la entrega de las tarjetas alimentarias. Tampoco estuvo acompañado por funcionarios provinciales. “Axel tiene que colgarse de nosotros y no lo hace; la Provincia tiene que ser la muestra de la salida de la crisis, tiene que aprovechar las políticas nacionales y laburar en conjunto”, dice un ministro que en las próximas semanas se debe encargar de que haya un trabajo conjunto entre ambas administraciones.

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El viaje a Israel sirvió para que el Presidente y el gobernador pudieran coordinar estrategias y, sobre todo, hablar de cómo encarar la negociación por la deuda. Aunque mantuvo una agenda paralela, Kicillof fue el único que participó junto a Fernández del encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El gobernador también le sirvió de intérprete al Presidente, sobre todo en la cena de bienvenida que Reuven Rivlin ofreció a los mandatarios que llegaron a Jerusalén para participar del Foro Internacional por el Holocausto. Aunque en la Rosada aseguran que la idea de subir a Kicillof al viaje fue de Cristina Kirchner, en el entorno de Fernández aseguran que, después del viaje, la sintonía quedó ajustada.

“Todo funcionará bien mientras el vínculo entre Cristina y Alberto funcione bien. En una recorrida en plena campaña la ex presidenta lo llamó cinco veces a Axel”, dice un albertista que espera ver cómo se mueve el kirchnerismo en los próximos meses.

 

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Hubo solo una foto de la firma del acta por el traspaso de mando. Los cinco días durante los que estuvo a cargo de la presidencia, Cristina Kirchner decidió mantener el bajo perfil y seguir la gestión desde su casa de Recoleta.

No hubo reuniones en el Instituto Patria ni en el Senado. Tampoco comunicación con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. “No hizo falta, todo transcurrió según lo acordado y no hubo ningún motivo para que fuera de otra manera”, dijeron cerca de la vicepresidenta. Cristina sí habló con Alberto Fernández, quien mantuvo el teléfono activo desde Israel, y con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Pero aseguran que esto no fue algo inusual, ya que con ambos mantiene comunicación a diario.

Este viernes, a las cinco de la tarde, cuando Fernández estaba en Roma por una escala de regreso al país, Cristina viajó a El Calafate a pasar el fin de semana.

El jueves 30 volverá a hacerse cargo de la presidencia, hasta el 5 de febrero. La compañera de fórmula de Fernández debe coordinar en los próximos días la agenda con el Presidente, ya que ese día el Senado se prepara para volver a sesionar. En caso de estar a cargo de la presidencia, no podría estar en el recinto. Ese mismo día, el mandatario tiene un encuentro con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Alberto Fernández también mantuvo el teléfono abierto y diálogo constante con el jefe de Gabinete. Aunque Cafiero no habló con Cristina, sí lo hizo con el jefe de bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner. Sobre todo, para acordar la sesión del próximo miércoles en la Cámara baja, donde debe tratarse el proyecto de restauración de sostenibilidad de la deuda pública y el consenso fiscal. Cafiero también habló con Massa sobre esto, quien le aseguró que no tendrán problemas con la oposición.

Asimismo, Cafiero atendió los pedidos de distintos gobernadores, que se acostumbraron a las respuestas inmediatas que Fernández les da por WhatsApp.