El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, admitió este lunes que "son reglas del juego" que el kirchnerismo haya perdido el segundo lugar en la ciudad de Buenos Aires y terminado tercero, detrás del PRO y de la agrupación ECO.
"Los resultados están a la vista", manifestó, aunque resaltó que las dos fuerzas que calificaron para el balotaje "son dos ofertas del macrismo. Esto no es llorar sobre la leche derramada: no es más que una definición literal de la cosa".
En declaraciones a la prensa al llegar esta mañana a la Casa Rosada, Fernández aseveró que, en el Gobierno, "estamos sumamente contentos" con la "tarea" del postulante oficialista, Mariano Recalde, porque "ha mejorado su performance de la elección anterior", en referencia a las PASO, en las que el espacio oficialista había obtenido unos tres puntos menos.
Es que la derrota del candidato kirchnerista preocupa al oficialismo nacional dado que abre un interrogante para el postulante presidencial, Daniel Scioli.
Al revés electoral del FPV porteño se sumaron las derrotas del kirchnerismo en Córdoba, de la mano del tercer lugar de su candidato Eduardo Accastello, pero también en La Pampa, donde el peronismo ortodoxo impuso en la interna a Carlos Verna sobre el postulante de la Casa Rosada, Fabián Bruna.
El respiro lo tuvo el FPV con la victoria en La Rioja, donde Scioli y Carlos Zannini acertaron al trasladarse esta tarde a la capital de esa provincia para celebrar el triunfo de Sergio Casas como sucesor de Luis Beder Herrera. Ni siquiera la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien acompañó a Recalde en el cierre de su campaña, habló con el candidato porteño y prefirió referirse, vía Twitter, a la crisis en Grecia.
El revés electoral porteño y la performance cordobesa impacta también en el proyecto presidencial de Scioli, quien deberá afrontar los comicios nacionales con una serie de resultados adversos en los principales distritos del país.
El interrogante para Scioli será cómo revertir el desempeño electoral del Frente para la Victoria en la Ciudad para seducir al 80 por ciento del electorado porteño que no votó por el gobierno nacional. Así, los 20 puntos de Recalde podrían ser un punto de partida nada desdeñable, pero sus aspiraciones presidenciales como candidato único del oficialismo tal vez le exijan ampliar su predicamento en el distrito más esquivo en la historia del kirchnerismo.