A pesar de un resultado anunciado tanto por los rumores que circularon en los despachos opositores como por los dichos del jefe de la bancada oficialista, el senador Miguel Pichetto, el debate en torno a la expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol en YPF provocó una notable expectativa. Y parte de ella se centró en el discurso del senador por el FpV, Aníbal Fernández.
Minutos después de las 22, y después de casi doce horas de sesión, el ex jefe de Gabinete expuso sus argumentos para votar a favor de la medida, a la vez que realizó un repaso del destino de la empresa petrolera desde su privatización, en 1992, proceso que calificó como “desopilante y espantoso para Argentina”. “Se puso en riesgo 150 años de conducción política”, acusó.
“Cuando Néstor Kirchner era gobernador (de Santa Cruz) se le pagaron regalías con bonos. Con eso, compró acciones, hasta llegar casi al 4 por ciento”, relató Fernández. “Esto me lo contó a mí, mi amigo Néstor Kirchner”, insistió. “Quería llegar al 5 por ciento para sentar ahí un director. El directorio estaba tan fragmentado, que podían discutirse así las políticas energéticas”, rememoró.
“Es imperioso que intervengamos”, exhortó Fernández. “La caridad bien entendida empieza por casa: primero, los argentinos; después, los hermanos latinoamericanos”, sostuvo el legislador, quien acusó a la española Repsol de vaciar la compañía.
“Una empresa que produce cada vez menos está siendo vaciada. ¡La están vaciando!”, exclamó. “A Repsol no le importa aparearse a un país”, remarcó.
“La política predatoria les hace recuperar la inversión de una manera horrorosa, sin hacer ningún tipo de capitalización”, apuntó el controvertido político. “¿Y quién pagó la vuelta en bote? El pueblo argentino”, agregó.
Durante su alocución, Fernández salió al cruce de la nueva solicitada de Repsol, en torno al desempeño de la firma española a cargo de la petrolera argentina. “Es falso”, espetó. “Omiten explicar que el valor no representa las inversiones netas. La inversión real fue de 3669 millones de dólares”, afirmó Aníbal Fernández, mientras se quejó de los planes de exploración de la empresa en varios países latinoamericanos, menos en Argentina.
“(El presidente de Repsol, Antonio) Brufau grita como chancho atado con alambre porque lo descubrieron”, señaló el senador. “Han buscado desesperadamente entre periodistas pagos hablar mal de la privatización, perdón, de la expropiación”, fustigó, en un error que cometería algunas veces más a lo largo del discurso.
El ex jefe de ministros no sólo defendió la expropiación en sí, sino también el plan de exploración que propondría el Gobierno nacional en caso de sancionarse la quita accionaria. “Vamos a incorporar la exploración”, anunció Fernández. “Durante 2012 vamos a tener que importar combustible, pero estoy seguro de que en 2013 no”, vaticinó.
Respuestas para todos. En medio de su argumentación, Fernández tuvo tiempo para retrucar las declaraciones del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien calificó la expropiación de YPF como una "borrachera de patrioterismo nacionalista".
“Vargas Llosa, en vez de ponerse a analizar la garroteada que le dio (el ex presidente peruano Alberto) Fujimori (durante las elecciones presidenciales de 1990) se pone a hablar de nosotros”, sonrió Fernández. “Pero se dedica a dar luz al asunto, y retoma voces lúcidas como la del Alcalde de la Ciudad de Buenos Aires”, remató.
Compás partidario. También hubo tiempo para las ya clásicas “anibaladas”. “Si hay algo que sabemos los políticos es de rosca”, admitió el legislador, mientras que, ante la sorpresa de sus compañeros de bancada, se admitió irigoyenista, en un intento por justificar el cambio político de los funcionarios que hoy son kirchneristas y años atrás votaron en favor de la privatización de la petrolera. “Por convicciones se hacen esas cosas”, analizó.
“Si viviera en esa época, yo hubiera sido radical y votado con las dos manos a Irigoyen”, afirmó.
El contragolpe llegó de la mano del senador pampeano Carlos Verna. “Lo conocí menemista, no sé por qué ahora me sorprendería descubrirlo irigoyenista”, ironizó.