A río revuelto, ganancia de pescadores. Hoy más que nunca el viejo refrán es el mejor ejemplo para observar como el flamante oficialismo avanza dentro de los espacios de poder mientras el PJ dirime sus internas.
Dentro de la Auditoría General de la Nación (AGN), Ricardo Echegaray tenía todo listo para asumir con el beneplácito de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero una vez fuera del poder, poco puede hacer la mandataria por su elegido. Así, los titulares del Senado, Gabriela Michetti, y Diputados, Emilio Monzó, acordaron aplazar la asunción del extitular de la AFIP y volver a ubicar al radical Leonadro Despouy al frente del organismo.
Legalmente el argumento es que Echegaray tuvo numerosas impugnaciones, entre las que se destaca una presentada por Elisa Carrió quien considera que el exfuncionario tiene pendiente un pedido de indagatoria por la causa Ciccone, algo que él niega ya que no está procesado en nunguna causa, por lo que podría asumir.
Sin embargo, la Constitución Nacional es clara al respecto y en su artículo 85 señala que la presidencia de la AGN pertenece al principal partido de la oposición, que hoy es el FPV. Sin embargo el PRO parece haber encontrado un artilugio también legal para frenar esto.
La interna del Partido Justicialista ayuda a la estrategia oficial, ya que un amplio sector del PJ proponía al presidente del partido, Eduardo Fellner, al frente del organismo. Hace unos meses, la pulseada la ganó CFK. Pero ahora el partido debe cumplir una serie de trámites formales y, entre ellos, está la necesidad de que el propio Fellner firme la solicitud para la asunción de Echegaray.
¿Por qué no lo hizo antes? el rumor es que no estaría en desacuerdo con la decisión de Michetti para enviarle un mensaje a Cristina que bajó en los escalones de poder tras su salida de Casa Rosada el 10 de diciembre.