Desde San Pablo
En su 22° capítulo de allanamientos y detenciones, la Operación Lava Jato apunta ahora para los negocios en Brasil de Mossack Fonseca, consultora especializada en abrir empresas en el exterior, a la que en Argentina quedó vinculado Lázaro Báez.
El miércoles último, la Policía Federal de Brasil allanó la oficina en San Pablo de Mossack Fonseca y arrestó a tres de sus empleados. “Tener una offshore no significa una ilegalidad. Pero, en el caso de Mossack Fonseca de Brasil, no hay ni uno solo cliente con finalidad lícita”, resumió en diálogo con PERFIL el comisario de la Policía Federal Igor Romário de Paula, coordinador de las investigaciones de Lava Jato en Curitiba.
—¿El ex presidente Lula es el principal blanco de la Operación “Triple X”, de la semana pasada?
—No. El caso tiene que ver con un departamento cuya propiedad es atribuida al ex presidente. El inmueble está registrado en nombre de la construtora OAS. Las investigaciones han surgido de un testimonio sobre operaciones en el Bancoop, las transferencias de inmuebles de Bancoop para la OAS y, después, de la OAS a la esposa y la cuñada de Vaccari (ex tesorero del PT), como pago de coimas. Hemos constatado que algunos departamentos estaban en nombre de empresas offshore abiertas por Mossack Fonseca.
—¿Las investigaciones de Lava Jato van a seguir concentradas sólo en Petrobras?
—Desde que alcanzó a la Petrobras, las investigaciones están ahí concentradas porque la empresa es gigantesca. Nuestros blancos siempre han sido los grandes contratos de Petrobras. Estos contratos están repartidos entre 20 grandes empresas privadas, que siguen un mismo modelo de negocio: la formación de cartel y la definición del valor de obras, ya con los porcentuales de coimas y de sobrevalor. No hay muchacho bueno en esta historia, ni del lado público ni del privado.
—¿Que se espera de la Justicia?
—Las vacaciones terminan este domingo. El gran salto de las investigaciones se va a dar en Brasília este semestre, cuando los tribunales superiores empiecen a juzgar a los políticos involucrados en la red de corrupción. Por ahora, ninguno de ellos está condenado. Estos procesos son lentos, pero tienen que ser concluidos