La conferencia de prensa de Sandra Arroyo Salgado impactó sobre todo por su anuncio de que a su exesposo, Alberto Nisman “lo mataron”.
Sin embargo, en el discurso de la jueza federal de San Isidro hubo lugar para hablar de cómo impactó la muerte del fiscal federal en su familia, y pidió “respeto, prudencia y ética profesional en el tratamiento del caso”.
“Todos, conscientes de este sufrimiento que hoy transitan, fundamentalmente mis hijas, la madre y la hermana de Alberto. Como así también los demás familiares, amigos y colegas”, sostuvo la magistrada.
“Es que en nombre de todos ellos, yo sigo pediéndole a todos, se cual fuere el lugar que ocupan en nuestra sociedad, respeto, prudencia y ética profesional en el tratamiento del caso”, reclamó
Acompañada por el perito forense, Osvaldo Raffo; y el exjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, Daniel Salcedo, la jueza habló desde el dolor: “Una última reflexión quiero hacer como madre de las dos hijas que tuvimos con Alberto. Hay un denominador común en todas las familias víctimas de delitos graves, como sin duda es un homicidio: la muerte, la pérdida y el dolor que lo provoca, en una madre, en una hermana y en las hijas, no distingue de estratos sociales”.
Minutos antes la madre de las hijas del fiscal fallecido había confirmado que no fue un suicidio: “No hubo espasmo cadavérico, hubo agonía. Nisman tuvo agonía que está objetivamente demostrada por la hemorragia externa que se aprecia en la posición en que fue encontrado el cuerpo. Nisman no sufrió un accidente. No se suicidó. Lo mataron. Su muerte es un magnicidio”.