POLITICA
obra publica y facturas truchas

Báez tercerizó una obra millonaria a empresarios investigados por la AFIP

Martín, hijo de Lázaro, firmó un contrato con Terrafari SA para obras en la pavimentación de una ruta en Santa Cruz. Cada kilómetro le cuesta al Estado casi $ 1,8 millón.

Facturas. Lázaro y su hijo Martín (der.) siguen contratando a los hermanos Ficcadenti, señalados por tener una usina de facturas falsas.
| Cedoc Perfil

Un documento que PERFIL saca a la luz confirma que Lázaro Báez y su hijo Martín tercerizaron parte de una obra pública millonaria a la familia Ficcadenti, investigada por la AFIP por tener una usina de facturas falsas. Este tipo de facturación se utiliza para evadir impuestos, camuflar sobornos o justificar sobreprecios. 

En agosto del año pasado, el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, anunció los ganadores de una licitación para pavimentar dos tramos de la ruta provincial número 41 por más de $ 191,5 millones. Para sorpresa de nadie, ambos tramos se adjudicaron a empresas de Báez: Kank & Costilla y Austral Construcciones. Un mes después de ganar la licitación, los Báez contrataron a Terrafari SA para tercerizar gran parte de una de esas dos obras.

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Austral Construcciones firmó un contrato con Terrafari SA para un “estudio y proyecto ejecutivo para la ejecución de las obras básicas y enripiados” del tramo de esa ruta, que conecta Hipólito Yrigoyen con el lago Belgrano. Son 72 kilómetros de la ruta conocida como “la Cordillerana”. Báez recibirá del Estado provincial $ 128.552.515. Según la empresa, pavimentar un kilómetro de este camino cuesta casi $ 1,8 millón.
La firma de los Ficcadenti tiene sede en Bahía Blanca y Villa Crespo, Capital Federal, pero las obras se realizan en una de las zonas peor conectadas de Santa Cruz.

El contrato está firmado por Martín Báez, como apoderado de la constructora, y por Franco Ficcadenti, presidente de Terrafari SA. La empresa de Bahía Blanca fue contratada para excavación, terraplén, enripiado, alcantarillado y otras obras. El monto total no está especificado en el contrato. Los Ficcadenti le facturan por unidad de trabajo y por mes.

La obra se realiza en una zona ganadera y busca impulsar el turismo, ya que varios lugares paradisíacos de este camino son inaccesibles. Báez también debe construir paradores, miradores y guardaganados. 

Esta no es la única obra que los Báez le contrataron a Terrafari SA. Este diario contó el domingo pasado que sólo en abril de 2013 Austral ya había desembolsado alrededor de $ 7,2 millones a la nueva empresa de los Ficcadenti.  

El contrato tiene una curiosidad. El escribano que certifica la firma de Martín Báez es Ricardo Leonardo Albornoz. Se trata de uno de los hombres de confianza de Lázaro, que lo conecta con una empresa de Cristina Fernández de Kirchner. La Presidenta heredó de Néstor Kirchner acciones por más de $ 8,5 millones de la empresa Hotesur SA. Esa empresa es la dueña del Hotel Alto Calafate. Ese hotel es gerenciado por la empresa Valle Mitre, que integra el escribano Albornoz.

Antecedentes. En Bahía Blanca, dos empresas de Silvio Luis Ficcadenti facturaron servicios a Austral Construcciones. Se trata de Calvento y Grupo Penta SA. PERFIL y La Nación revelaron hace dos semanas que esas empresas están en la mira de la AFIP por evasión agravada y facturación apócrifa.

Tras ser fiscalizados, entre 2008 y 2011, los Ficcadenti cayeron en la ruina, pero habrían logrado reciclarse gracias a las gestiones de Claudio Fernando Bustos, abogado de Austral, y a los contratos con la empresa de Báez. En pleno litigio con la AFIP, Franco y Enzo Ficcadenti, hijos de Silvio, fundaron Terrafari SA en 2011 y siguieron proveyendo a Báez.

Terrafari SA se dedica exactamente a lo mismo que Grupo Penta y que Calvento: alquiler de maquinaria para la construcción. Calvento es una empresa fantasma para la AFIP. Grupo Penta quedó en el limbo entre empresa evasora y empresa “trucha”. Terrafari evolucionó a empresa legal.