El secretario de Seguridad, Sergio Berni, negó hoy haber circulado por el centro porteño en una moto sin usar el casco reglamentario, en un operativo luego de un tiroteo, y, tras afirmar que solamente corrió el vehículo "menos de dos metros", acusó a quien lo fotografió de ser "un paspado que no tiene idea de nada, con muy mala intención".
Ayer al mediodía, un agente de la Policía Federal, dos peatones y dos delincuentes resultaron heridos de bala como consecuencia de una persecución y un tiroteo entre efectivos y ladrones en pleno centro porteño.
Tras el hecho se desplegó un amplio operativo que incluyó ambulancias del SAME, móviles policiales y el descenso de un helicóptero que bajó en la avenida 9 de Julio, todo bajo la coordinación de Berni, a quien se le endilgó, a partir de una fotografía, haber arribado al lugar en una moto, pero sin utilizar el casco que exigen las normas de tránsito.
"El que hizo esa foto es un paspado que no sabe de qué se trata, que no tiene idea, y tuvo muy mala intención", se defendió el funcionario esta mañana, en declaraciones a las FM Mitre y Vorterix. La foto "fue extremadamente maliciosa y muy malintencionada. Cualquier periodista que estaba ahí, inclusive el que sacó la foto, sabe que la única intención fue mentir y difamar", añadió.
Según relató, Berni y sus colaboradores estaban "desde las ocho trabajando en el centro. Cuando escuché lo que estaba pasando, fui corriendo. Ayudé a la médica a atender al delincuente que estaba herido, lo cargamos en la ambulancia, y el chofer de la ambulancia me pidió por favor que corra la moto porque no podía salir".
"La moví menos de dos metros, así que el que sacó esa foto sabe exactamente lo que pasó, la única persona que estaba para correr la moto era yo", planteó. Al principio, la imagen del funcionario al mando de una moto no causó sorpresa, ya que se sumaba a otros hechos curiosos que protagonizó el funcionario y que le valieron el mote de "SuperBerni" en las redes sociales.
Entre ellas, su recordada llegada en helicóptero para destrabar un conflicto que ya terminaba con choferes de la línea 60 en la Panamericana, pañuelo al cuello y paso militar, o cuando, con mameluco blanco y tubo de oxígeno, fue al puerto porteño para combatir la nube tóxica que se abatió sobre el Área Metropolitana la semana pasada.