El empresario metalúrgico Enrique Pescarmona de Industrias Metalúrgica Pescarmona SA (Impsa) se convirtió ayer en el nuevo arrepentido de la causa de los cuadernos de las coimas. Fue luego de que el juez Claudio Bonadio homologara el acuerdo al que un día antes había llegado Pescarmona con el fiscal del caso, Carlos Stornelli. Ayer también recuperó su libertad Francisco Valenti, directivo de Impsa, y detenido desde el 4 de agosto cuando retornó al país tras un viaje al exterior. Valenti tardó más de veinte días en decidir convertirse en arrepentido, una opción que inicialmente no consideraban cerca de él porque afirmaban que “no tenía de qué arrepentirse”. Frente a Stornelli, a lo largo de dos jornadas de declaración, habló de “extorsiones” y “presiones”.
Valenti y Pescarmona comparten el abogado, Marcelo Nardi, por lo que sus presentaciones fueron en el mismo sentido. La estrategia de Pescarmona fue similar a la que siguieron Angelo Calcaterra, ex Iecsa y primo de Mauricio Macri, o Gabriel Romero, del grupo que lleva su apellido, con sus directivos Javier Sánchez Caballero y Rodolfo Poblete, quienes quedaron detenidos al comienzo del caso. Tanto Calcaterra como Romero desligaron con sus respectivas presentaciones a sus hombres de máxima confianza, quienes luego de eso fueron excarcelados.
A diferencia de ellos, Pescarmona se tomó más de veinte días para presentarse y dar su versión de los hechos. Incluso el primer día la empresa difundió un comunicado en el cual negaba los hechos y decía haber sido una empresa discriminada. En el ínterin, Valenti buscó en dos oportunidades ser excarcelado, pero recibió sendos reveses de la justicia federal. Entonces consideró la opción de ser arrepentido y se presentó en dos jornadas ante Stornelli. Allí habló de las “extorsiones” que habrían sufrido por parte del ahora detenido ex secretario de Planificación Roberto Baratta y que las entregas de dinero eran para lograr que les destrabaran temas vinculados a las obras de las empresas. Una línea sobre la que ya habían ido otros involucrados del caso.
En los cuadernos. El nombre de Valenti apareció en los cuadernos de Oscar Centeno –ex chofer de Baratta– que dieron origen al expediente. Allí figuraba entregando dinero en reuniones en hoteles, junto a cajas de vino espumante. Para la Justicia, el empresario realizó pagos por Impsa SA y se reunió con Baratta en el hotel Feir’s Park en varias oportunidades. Hablaron de ocho encuentros en 2008 y le atribuyen desde cuatro entregas, una de ellas por 150 mil dólares y hasta “una caja de vinos que (Daniel) Muñoz se lleva a Uruguay con una recaudación”. En 2009 está consignado que hubo otra entrega a Baratta de 200 mil dólares. En tanto que también se menciona la entrega en una habitación de un hotel porteño que, de acuerdo con la acusación judicial, es “un pago de 700 mil dólares que Baratta recibió de Valenti”. Y en 2015 “Lazarte (en referencia al secretario de Baratta) retira 1.500.000 dólares” en el mismo lugar.