Furioso. Así estaba Amado Boudou después de la Asamblea Legislativa. No por el discurso de la Presidenta, claro está. Sino porque desde un placo de la Cámara de Diputados, donde se desarrolló la ceremonia, cayeron billetes falsos de 100 pesos, con su cara y la leyenda: "Boudou miente".
La primera idea que circuló en la presidencia del Senado fue que el autor intelectual de los hechos había sido Gerardo Morales, pero se descartó, sencillamente porque las gradas del Congreso en este tipo de actos son ocupadas por tropa propia, es decir, militantes K o funcionarios del Gobierno.
Entonces, Boudou empezó a mirar a sus enemigos internos.
Al primero que, dicen, le apuntó fue a Florencio Randazzo, ministro del Interior, aunque sin fundamentos. Cada vez que ocurre algo, Boudou tiene la costumbre de pensar que detrás de todo está Randazzo, sólo por el hecho de que se disputan parte del armado político en territorio bonaerense.
Pero como no existe ni una sola prueba sobre los autores de la "broma" que molestó al vicepresidente, también circuló otro nombre, el de Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior. Ese día, Moreno se lució repartiendo alfajores y globos con la leyenda: "Clarín miente".
Lo concreto es que a las gradas no sólo accede tropa propia sino que además tiene que estar acreditada debidamente ante las autoridades de la Cámara. Los billetes, claro, hacían referencia al vínculo que algunos le atribuyen a Boudou con la compra de la imprenta Ciccone Calcográfica, la única privada capaz de emitir papel moneda.
(*) Publicado en el diario PERFIL.