POLITICA
VERDADES Y MENTIRAS

Cable a tierra

Alberto Fernández y una errada alusión sobre el autor de esta columna.

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Enfrascado esta semana en un cruce de opiniones con la oposición, Alberto Fernández interrumpió de pronto sus argumentaciones y volvió a ocuparse de mí.

La situación no hubiera sido digna de mención si no fuera porque el jefe de Gabinete, mal asesorado o faltando a la verdad, aludió a mí de manera inexacta.

Al presentarse en el Senado para relatar cómo administra los superpoderes que el Congreso le brindó, Fernández debería no sólo exigirles rigor a quienes les preparan sus apuntes, sino que él mismo tendría que ser cuidadoso y serio, para evitar hacer papelones que castigan la investidura que ejerce.

Replicaba Fernández a quienes subrayan la floja calidad institucional de la Argentina de hoy y responsabilizan al Gobierno por la ostensible devaluación de los mecanismos representativos y, resuelto a marcar diferencias, dijo “nosotros no declaramos el estado de sitio, no metimos preso a Rosendo Fraga, ni les levantamos sus programas a Pepe Eliaschev, ni a Mirtha Legrand”.

Se refería, claro, a los primeros años de la transición democrática encabezada por Raúl Alfonsín.
¿Levantó el gobierno de Alfonsín mi programa Cable a tierra que emitía ATC? No.

Esto fue lo que sucedió:
Cable a tierra apareció en mayo de 1985, cuando el director artístico de ATC era Mario Sábato. Mis colaboradores eran Marcelo Figueras, Daniel Guebel, Alan Pauls y Sandra Russo. En mayo de 1986, con el país convulsionado por el proyecto alfonsinista de una ley de divorcio a la que se oponía furiosamente la jerarquía católica, con manifestaciones callejeras y procesiones con la Virgen de Luján, presenté mi mítica encuesta preguntando a la gente en las calles si el tamaño del pene era importante o no para el amor entre seres humanos.

El país conservador y ultramontano se me vino encima y un anónimo ciudadano me denunció por ofensa al pudor público. Fui procesado por un torvo juez apellidado Sabattini, apelando al entonces vigente artículo 28 del Código Penal. Fui llevado a la Jefatura de Policía, donde me tomaron las huellas digitales. Por falta de mérito fui desprocesado varios años más tarde.

Acosada por chupacirios, militares procesistas y una variopinta fauna troglodita de todo pelaje, la dirección de ATC sintió pánico, me pidió que diera derecho a réplica a entidades católicas ofendidas por que la televisión estatal hablase de sexo tan desprejuiciadamente y, finalmente, tras aguardar dos meses más, me pidieron finalizar mi ciclo a fines de septiembre. En el programa final se presentaron para ofrecerme afecto en las pantallas Luis Brandoni, Eva Giberti, Santiago Kovadloff, Graciela Fernández Meijide y Pacho O´Donnell, entre muchos otros.

Pero de inmediato ATC me ofreció otro programa, que debutó en el otoño de 1987, un periodístico semanal llamado Proyecto especial. Ya en 1988 no regresé a la televisión abierta.

“Nosotros no levantamos el programa de Pepe Eliaschev”, dice ahora el jefe de Gabinete de Kirchner. Insólito disparate: en mi libro Lista negra (en su cuarta edición en dos meses), se cuenta la historia. Cabe recordar aquí que mi programa Esto que pasa tenía contrato en Radio Nacional hasta el 31 de diciembre de 2005. Establecía que si el Gobierno quería discontinuarlo debía anunciarlo siete días hábiles antes del vencimiento.

No lo hizo y el anuncio del levantamiento, formulado por la directora de la emisora, que reporta directamente a Fernández, fue alegando órdenes “de arriba”, a las 20.05 del viernes 30 de diciembre, cuando la última emisión del ciclo ya había terminado y sin darme ni siquiera la oportunidad de despedirme de mis oyentes de 20 años ininterrumpidos. No es que el Gobierno no me renovó el contrato, a lo que tenía derecho si respetaba las cláusulas contractuales: me sacó del aire de mala manera. Censura pura y dura.

En la televisión estatal permanecí desde 1984 (Canal 13) hasta 1987. Al concluir Cable a tierra continué enseguida en el aire con otro programa. ¿Por qué, si mi programa en Radio Nacional no fue levantado, como alucina Fernández, no me ofrecen trabajo ya mismo?