La presentación, que también firma la exlegisladora Fernanda Reyes (también de la CC-ARI) abarca movimientos de fondos del período entre 2010 y 2015. Además de Bossio y Kicillof, se acusa a los exministros del Palacio de Hacienda, Hernán Lorenzino y Roberto Feletti, y a los exintegrantes del Comité Ejecutivo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad Santiago López Alfaro, Adrián Cosentino, Juan Carlos Pessoa, Pablo Julio López y Emmanuel Antonio Álvarez Agis.
La denuncia recayó en el juzgado federal número 2, a cargo del juez Sebastián Ramos; y la fiscal que investigará el caso es Paloma Ochoa. La presentación de los integrantes de Cambiemos sostiene que se buscó beneficiar al Banco Macro en la distribución del dinero del FGS por encima de otras entidades bancarias, incluso las públicas como el Banco Nación.
"Si bien durante toda la gestión existieron depósitos a la vista en diversos bancos, principalmente en entidades públicas, que no generaron ningún rendimiento para el FGS, en el segundo cuatrimestre de 2015 se descubre un inédito crecimiento en los depósitos en cuentas a la vista en Banco Macro", afirma el escrito al que accedió Perfil.
La preferencia "arbitraria" hacia esta entidad bancaria "adquiere un evidente carácter delictivo que llega a su punto máximo en noviembre de ese año cuando en la asignación de los depósitos a la vista del FGS, el Banco Macro superó incluso al Banco Nación con una participación del 34% en el total de las disponibilidades del FGS en cuenta corriente", de acuerdo al texto.
“Esta arbitrariedad ya había sido observada en el manejo de los plazos fijos respecto a años anteriores, algo cuestionable en términos políticos y administrativos”, agregan Carrió, Sánchez y Reyes en la presentación judicial. "Esta maniobra implica que se ha generado un costo de oportunidad al FGS, en el segundo semestre del 2015, de aproximadamente 280 millones de pesos, si se toma en cuenta la tasa de referencia de instrumentos de corto plazo en los cuales estas disponibilidades podrían haber sido invertidas. Mientras que se estima que se perdieron alrededor de 1.000 millones de dólares entre 2010-2015 tomando en cuenta todas las disponibilidades en diversas cuentas a la vista", plantean.
Los dirigentes de la CC-ARI afirmaron que "para mayor claridad, la cuenta corriente del Banco Macro mantuvo entre enero de 2012 hasta el primer semestre del 2015 un saldo promedio de 780 millones de pesos sin grandes alteraciones (lo cual insistimos que ya era en sí una decisión muy cuestionable)". "A partir del segundo semestre se triplicó este promedio con un pico máximo en noviembre del 2015 casi cinco veces superior al de años anteriores (3.764 millones de pesos)”, sostienen
“Esta maniobra tuvo como consecuencia que el Banco Macro se vio favorecido en su operación habitual por el mismo monto en que se vio perjudicado el FGS y en consecuencias los jubilados, por lo que es importante que se investigue la connivencia entre las autoridades del Banco y los funcionarios públicos”, plantean Carrió, Sánchez y Reyes. “Si algo acaso faltase para confirmar la maniobra delictiva que aquí venimos a denunciar es que con el cambio de gestión los niveles de disponibilidad se redujeron sin perder liquidez desde el año 2016”, concluyen.
“Esta arbitrariedad ya había sido observada en el manejo de los plazos fijos respecto a años anteriores, algo cuestionable en términos políticos y administrativos”, agregan Carrió, Sánchez y Reyes en la presentación judicial. "Esta maniobra implica que se ha generado un costo de oportunidad al FGS, en el segundo semestre del 2015, de aproximadamente 280 millones de pesos, si se toma en cuenta la tasa de referencia de instrumentos de corto plazo en los cuales estas disponibilidades podrían haber sido invertidas. Mientras que se estima que se perdieron alrededor de 1.000 millones de dólares entre 2010-2015 tomando en cuenta todas las disponibilidades en diversas cuentas a la vista", plantean.
Los dirigentes de la CC-ARI afirmaron que "para mayor claridad, la cuenta corriente del Banco Macro mantuvo entre enero de 2012 hasta el primer semestre del 2015 un saldo promedio de 780 millones de pesos sin grandes alteraciones (lo cual insistimos que ya era en sí una decisión muy cuestionable)". "A partir del segundo semestre se triplicó este promedio con un pico máximo en noviembre del 2015 casi cinco veces superior al de años anteriores (3.764 millones de pesos)”, sostienen
“Esta maniobra tuvo como consecuencia que el Banco Macro se vio favorecido en su operación habitual por el mismo monto en que se vio perjudicado el FGS y en consecuencias los jubilados, por lo que es importante que se investigue la connivencia entre las autoridades del Banco y los funcionarios públicos”, plantean Carrió, Sánchez y Reyes. “Si algo acaso faltase para confirmar la maniobra delictiva que aquí venimos a denunciar es que con el cambio de gestión los niveles de disponibilidad se redujeron sin perder liquidez desde el año 2016”, concluyen.