“Se va a tener que hacer cargo de lo que dijo”, le había advertido la fiscal Viviana Fein. Finalmente pasó hoy: Natalia Fernández, la testigo ocasional que denunció irregularidades en el procedimiento en el edificio Le Parc tras la muerte de Alberto Nisman declaró durante tres horas y media en la fiscalía y ratificó gran parte de su declaración inicial, pero dio marcha atrás con detalles clave.
La joven de 26 años confirmó que estuvo tirada en un sillón y usó el segundo baño del departamento, que había unas 50 personas en el lugar y que uniformados tomaron café de la cafetera de Nisman y comieron mediaslunas, informaron fuentes judiciales a DyN. También, que una mujer de Prefectura manipuló uno de los celulares de Nisman que no paraba de sonar.
Fernández habría rectificado que “vio a la fiscal con una bolsa de pitutos y sostuvo que al cuerpo de Nisman lo sacaron del departamento a las 5.30, y no a las 3.30 como había señalado a la prensa”, según publicó La Nación. Además, se habría desdicho cuando habló de "gente subrayando los papeles" de Nisman, cuando en su declaración frente a Fein habría aclarado que se trataba de peritos que "estaban foliando el material".
No hubo comunicados formales de la Procuración para conocer los detalles de la causa, aunque sí existió por esa vía una aclaración por parte del fiscal de Cámara Ricardo Sáenz para desmentir que la declaración del espía Antonio Stiuso hubiera sucedido en su despacho, como se publicó en algunos medios.