"Se encuentra acreditado que la tarde del 25 de septiembre de 1973 Mario Firmenich se presentó en la redacción de (la revista partidaria) El Descamisado y refirió que la autoría del crimen le correspondía a dicha organización".
En su fallo del mes pasado, el juez Ariel Lijo ratificó la hipótesis principal de mi libro Operación Traviata, publicado hace casi cuatro años: no fue la Triple A nila CIA ni una conspiración sindical; el secretario general dela CGT, José Rucci, fue muerto por Montoneros apenas dos días después del tercer triunfo electoral de Juan Perón.
Lijo también atribuyó el atentado a la disputa por el liderazgo que esa organización político militar le estaba planteando al propio Perón, que recién había vuelto de su largo exilio.
A pesar de las evidencias, Lijo no llamó a declarar a Firmenich como le pidieron los hijos de la víctima y, en cambio, volvió a archivar la investigación con el argumento de que, como había sido cometido por la guerrilla, este asesinato no era de lesa humanidad y había prescripto por el paso del tiempo.