Raúl Castells, el líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), justificó la presencia de los piqueteros en el Alvear Fashion and Arts, en un reportaje radial que concedió al programa de El Exprimidor,
“No nos parece que en el marco social de lo que se vive, alfombrar las calles, repartir en la vía pública champán, y botellas de medio litro de 35 pesos, dar canapés con salmón en las calles, sea algo respetuoso con el pueblo argentino”, señaló el dirigente.
Y puntualizó: “El hecho más grave es que esa ropa, como por ejemplo trajes de 4 mil pesos, camisas de mil , remeras de 700, se hagan sobre la base del trabajo de talleristas bolivianos a los que se paga un peso, un peso cincuenta o dos por la confección de cada una de esas prendas”.
“Por lo menos tendrían que tener esos talleres textiles en blanco y pagar el sueldo legal en Argentina. Si les da el cuero para pagar todas esas botellas de 35 pesos marcas Chandón, por lo menos deberían pagar a sus obreros como corresponde”, razonó el piquetero.
Consultado si la ropa que se vende en los negocios de la avenida Alvear es importada, Castells dijo que “no toda es ropa importada”, al tiempo que señaló que la protesta, en realidad “lo organizaron los talleristas bolivianos”, quienes saben cuáles son las prendas que confeccionan.
Sobre el evento, el dirigente dijo que “no era de acceso gratuito, no nos dejaron llegar” y agregó que “ en ningún momento hicimos incidentes, nadie fue agredido, nadie estaba con un palo o una capucha”.
“ La única agresión que hubo fue contra los periodistas de Canal 9 a los que les pegaron los policías”, detalló.
“No estamos de acuerdo con que hagan en la vía pública semejante ostentación cuando millones no tienen ni para un guiso de arroz, que se haga una cosa de este tipo de servir salmón y champán en la calle, para festejar la opulencia de algunos ante el hambre de muchos”, explicó.
“Hemos ido a decirles que no pueden ser indiferentes, que se mueren 17 mil chicos por desnutrición cada año en la Argentina”, dijo.
Y reclamó: “Háganlo en un salón cerrado, tomen lo que quieran, coman lo que quieran y vístanse con la ropa que se les antoje pero sean respetuosos de la miseria y el sufrimiento de los otros”.