El eje de toda la atención en las elecciones estará puesta en las presidenciales, sin embargo, la pelea por el Congreso será clave para el escenario con el que tendrá que lidiar el próximo gobierno. Por eso, el cierre de las listas eran miradas con mucha atención, sobre todo por el peso que podían tener los gobernadores peronistas para defender sus listas o si se iba a imponer con fuerza La Cámpora.
El próximo mandatario tendrá un Congreso dividido y sin ninguna mayoría. En ese sentido, las diferentes versiones del peronismo serán claves para definir las votaciones más cerradas.
La elección clave será la del 27 de octubre, que es cuando se define el reparto de bancas (se eligen 130 diputados en todo el país y 24 senadores en 8 provincias). Allí, la expectativa de Juntos por el Cambio está puesta en que la polarización que se espera en las PASO del 11 de agosto sea clave para engrosar el caudal de votos en octubre. Así, el oficialismo podría sacar un resultado mayor al que obtuvo en la primera vuelta de 2015 y engrosar así su bloque de diputados. Los más optimistas creen que puede llegar a los 110 legisladores propios. Así, quedaría cerca de los 129 que se necesitan para el quórum, donde los peronistas que responden a los gobernadores serán clave.
Con listas definidas, el Gobierno y el PJ salen a cazar indecisos y desencantados
En el Senado, en tanto, la situación es más compleja para el macrismo, pero si Miguel Pichetto es electo vice creen que pueden trabajar para conseguir las mayorías más fácilmente.
En el peronismo, en tanto, ven con menos preocupación el escenario, ya que consideran que de resultar electo Alberto Fernández como presidente, las diferentes tribus peronistas terminarán alineándose y les será más fácil conseguir las mayorías.