“Desde 1983 que en Olavarría no se juntaba tanta gente”. Tras la última marcha del “Sí, se puede” de esta semana, celebrada ayer, el presidente Mauricio Macri escuchó un balance muy positivo de boca del intendente oficialista, Ezequiel Galli.
Volvió a la residencia de Olivos con energía. En el viaje de regreso, en el LearJet que usa, y tras comer empanadas, el jefe de Estado se preparaba para el debate (ver página 4) mientras su equipo de campaña diagrama el tramo final con tres ejes: enfocar el discurso y las promesas hacia la clase media, intentar capturar el “voto celeste” como la única opción que puede derrotar al kirchnerismo y recuperar un sector de los “desencantados” y “enojados” por la economía.
Por ello, en su discurso Macri reiteró ayer la idea de que “este último tiempo ha sido muy duro, especialmente desde abril del año pasado. En estos últimos meses ha caído sobre ustedes, la clase media”. Se trata del mismo eje que inauguró, tras las PASO, en la primera marcha del “Sí, se puede” en Belgrano: apuntar al electorado “natural” del oficialismo, que fue decisivo en 2015. Eso también explica las propuestas vinculadas a la eliminación de los planes sociales que planteó Patricia Bullrich (Seguridad) y el endurecimiento del discurso del candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto.
A los anuncios vinculados a los monotributistas y a las pymes, en la Casa Rosada analizan otras propuestas para la clase media. En particular, para bajar la carga impositiva y reactivar el consumo, dos de los ejes del enojo del votante macrista.
“No nos alcanza con la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, que van a seguir siendo ejes, ahora vamos a hablarle a la clase media todo el tiempo”, graficó un funcionario de Balcarce 50.
“Lo que viene es crecimiento, generación de empleo, mejora del salario, es trabajo, que es lo que todos queremos para salir adelante”, prometió Macri. Y distendido, bromeó: “Quiero decirles que el Gato aguanta”, dijo ante un público que gritaba “el Gato no se va”. A su lado estaba Gabriela Michetti, quien bajó su perfil notablemente.
El otro eje será el “voto celeste”: que se concentre en el oficialismo –Alberto Fernández se pronunció a favor del aborto– y que se transforme en “útil” ante la propuesta de Juan Gómez Centurión, quien cosechó el 2,6% en las PASO.
Ganar la calle es otra clave que, creen, incomoda al PJ kirchnerista. “Acá no hay choripán”, dijo ayer Macri junto con el tono épico del “lo damos vuelta” (canción incluida). “Con las marchas también buscamos dar la sensación de que se puede llegar al ballottage y que no está definida la elección”, razonan en el comando de campaña.
Ayer a Olavarría había viajado María Eugenia Vidal (con su campera negra “de la suerte”, que la acompañó durante la campaña de 2015); el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis; el candidato a diputado Cristian Ritondo, y un invitado especial, el empresario Mario Quintana. Al ex vicejefe de Gabinete algunos le adjudican el encono que tomó Elisa Carrió contra Rogelio Frigerio.
En el viaje de ida había reinado el silencio. El clima obligó al avión a pasar por zonas de fuertes turbulencias. Una buena metáfora del esquema de relaciones políticas que sobrevuela en el oficialismo.
Coincidencias con Gómez Centurión para robar votos antiaborto
En las usinas que impulsan la candidatura de Juan José Gómez Centurión surgió un punto de coincidencia con el análisis que hacen los hombres del Gobierno dedicados a contener a los votantes celestes: el tema del aborto ofrecería una oportunidad de restarle votos al Frente de Todos. Por distintos caminos, llegaron a la misma conclusión.
En el frente que impulsa la carrera presidencial del ex militar, aseguran que un estudio detallado de las PASO les mostró que su potencial de crecimiento está hoy en sacar votantes al kirchnerismo antes que al oficialismo, especialmente en zonas humildes. También observaron que el oficialismo comenzó a trabajar con el mismo objetivo: por eso salieron a criticar a figuras favorables a la legalización, como Miguel Pichetto.
La alianza con sectores evangélicos, representados por su candidata a vice, Cynthia Hotton, acompañada por un discurso de mano dura, tendría para los candidatos “antiaborto” un fuerte potencial en distritos donde el voto predominante es peronista. Por eso enfocan la mayor parte de sus spots en vincular a los Fernández con el impulso a la legalización del aborto.
En sus discursos de campaña, vinculan a los candidatos locales del Frente de Todos en esa iniciativa. El Gobierno, por su parte, apunta a consolidar la figura de Macri como un referente “pro-vida” antes que a cuestionar a “los Fernández”. Sí hay coincidencia, en cambio, en el terreno al que apuntan. Mientras el Presidente multiplica sus frases sobre “Dios” y la “vida” en los actos que realiza por localidades del interior, Hotton inició esta semana una “caravana por la vida” que la llevará a 35 ciudades en 15 provincias.