POLITICA
Ante la unificación

Comisarios de la Federal se oponen al traspaso a la Ciudad y piden el retiro

Es una muestra más de las tensiones en las fuerzas de seguridad. Temen perder beneficios y poder. Además, las bases presentaron amparos para no ser trasladadas. En Gobierno, los critican por no adaptarse.

Una fuerza clave en el esquema de la seguridad está en crisis. El traspaso de la Policía Federal a la nueva Policía de la Ciudad, decidido por Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, desató frentes de conflicto y expuso una decisión espasmódica que terminó vaciando la estructura de la Federal, concentró la “caja” en la Ciudad de Buenos Aires, provocó la salida de varios comisarios y suboficiales y profundizó el malestar interno de jefes y bases.

El contexto no es ni por lejos el más adecuado para agitar a la Policía. Las estadísticas que manejan las fuerzas federales indican que el delito creció en los últimos diez meses en todo el país, en un promedio del 20%, informaron fuentes oficiales.

Un importante grupo de policías comenzó a presentar amparos administrativos para frenar su traspaso a la Ciudad. Es el paso previo a ir a la Justicia. Representa el mayor éxodo dentro de la fuerza en los últimos años.

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El malestar en la Federal se alimenta de varias aristas. El traspaso rompió con varios esquemas, desde la pertenencia y los beneficios hasta la incertidumbre sobre si la nueva conducción civil vigilará los negocios de las comisarías: las cuotas de los prostíbulos, los puestos y cocinas de droga, el juego clandestino.

Los cambios, además, obligaron a varios comisarios a repensar su situación. El futuro también podría traer aparejadas investigaciones en su contra, como comenzó a suceder en la Bonaerense.

El traspaso también implica perder beneficios, como el pago de horas adicionales. Además, no están definidos los escalafones ni los sueldos. La mayoría de los policías que están pidiendo dejar la fuerza son suboficiales, con más de 30 años en ejercicio. Pero también lo hicieron muchos comisarios. Aquellos que tienen más de 25 años en la fuerza se jubilan con el 100% de su salario. “El nuevo escenario no les permite prever qué les espera. Los comisarios que están acostumbrados a los negocios no pueden prever qué margen van a tener”, cuentan dentro de la fuerza.

El malestar es grande, pero no es muy racional”, respondió un funcionario del Ministerio de Seguridad de Nación. Considera que no es racional porque en la órbita de la Policía de la Ciudad van a ganar más. “Es gataflorismo, resistencia al cambio”, resumió. Y profundizó que los cambios “implican salir de la zona de confort, laburar más y ser transparentes”.

Los que quedan. En el ministerio que comanda Patricia Bullrich tienen sus propios problemas para resolver con los efectivos de la Federal que quedaron bajo su órbita. El plan acordado con el jefe de la Federal, el comisario mayor Néstor Roncaglia, es fortalecer y ampliar las dependencias en el interior del país, para así profundizar la lucha contra el narcotráfico. Eso implica el traslado de efectivos, algo que ya viene generando rechazos. Pero además, en el equipo de “la Piba” se encontraron con una dificultad extra: el 40% de los policías que quedaron en la Federal son administrativos.

La Federal estima que tardará diez años en recuperar su tropa. Debido al traspaso, perdió el eje central de la fuerza: unos 19.500 operativos. Teniendo en cuenta que cada año se gradúan unos 2 mil policías, recién en 2027 volverá a contar con el mismo número de efectivos. “Parecería ser que el traspaso lo firmó un Macri jefe de Gobierno, y no Macri ya como presidente”, confesó una alta fuente de Seguridad.

En las fuerzas policiales también se escuchan críticas al manejo presupuestario que está teniendo Bullrich. Relatan que todavía no recibieron gran parte del nuevo equipamiento prometido y señalan que la ejecución de los fondos está muy por debajo de lo normal. Según los registros que lleva Hacienda, Seguridad ejecutó, hasta la semana pasada, sólo el 27% de los $ 4.463 millones que tiene disponibles. Eso implica que, a pesar de disponer de los fondos, el Ejecutivo aún no adquirió ni vehículos ni armas para las fuerzas federales.

Desde el ministerio, explicaron a PERFIL que esa subejecución se debe a que recién ahora están avanzando licitaciones internacionales que lanzaron para adquirir nueva tecnología (equipos de comunicación, aviones y helicópteros). “Lo primero que hicimos fue frenar todos los expedientes, porque algunos incluso preveían un gasto del doble de lo necesario”, explicó una fuente que sigue de cerca los números de la cartera. “Para diciembre vamos a tener una ejecución superior al 90%”, confío.