POLITICA
De Cristina a Larreta

Villena, el juez del espionaje ilegal, un hombre de carrera y con expertise en narcotráfico

Allanamientos, citaciones y explicaciones a las víctimas, en medio de un hermetismo total. El desafío de investigar a los servicios y el doble frente con el Congreso.

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juez Villena de Lomas de Zamora | TELAM CEDOC

Desde hace poco más de tres meses, Federico Villena desanda el camino entre la ciudad de Buenos Aires, donde vive, y Lomas de Zamora, donde trabaja, a primera hora de la mañana. Lo vuelve a recorrer, en el sentido contrario, a última hora de la noche. A cinco años de haber sido designado juez federal -primero para Moreno, por el kirchnerismo, y con destino definitivo en el sur del conurbano, con el macrismo- Villena se enfrenta por estos días a la causa más compleja de su carrera.

En el expediente ya hay alrededor de 20 imputados de los cuales una importante cantidad son o fueron miembros de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Porque precisamente la investigación apunta a una organización criminal con inserción en el Estado Nacional, Provincial y Local, cuyos integrantes habrían cumplido diferentes roles estratégicos, valiéndose de su calidad de empleados públicos y agentes  dependientes de las Fuerzas de Seguridad y de la AFI, para llevar adelante distintas maniobras ilícitas, violando la Ley de Inteligencia.

El período investigado en la causa, en base al material relevado hasta ahora, pone bajo la lupa el accionar de la Inteligencia local, durante la gestión de Cambiemos, que tenía a la cabeza a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, inquietos por estos días por los frentes en su contra. Por otro lado, quienes conocen de cerca al magistrado aseguran que no hay limitaciones para él a la hora de avanzar, mientras que quienes lo miran de reojo aseguran que “está completamente loco".

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“Está loco sí, pero loco bien”, es otra de las definiciones que se escucharon en los últimos días. “Va él mismo a los allanamientos, con chaleco antibala si se trata de narcos y siempre con su dosis de insulina, porque es diabético y la necesita en cualquier momento: se levanta el chaleco y se la pone”, resumen  otros resaltando su figura. En algo coinciden casi todas las voces: “no mide”.

Su figura creció en los últimos años, al son de una importante serie de decomisos de drogas, pero su trabajo en la justicia data de décadas atrás, cuando fue cumpliendo con todo el escalafón judicial, al que ingresó en los tribunales de Comodoro Py. Algo similar a lo que hizo Cecilia Incardona, Fiscal del caso, quien ingresó en la justicia en 1997 y desde entonces cambio de cargos, jurisdicciones y fueros hasta que, en julio de 2018, luego de jurar frente al Procurador Interino, Eduardo Casal, llegó a la fiscalía federal 2 de Lomas de Zamora. 

Lejos de los flashes que atrae Comodoro Py, en Lomas de Zamora Villena e Incardona, trabajan conociendo bien ese área del conurbano, la jurisdicción en la que tienen bajo su área dos secciones estratégicas: el aeropuerto Internacional de Ezeiza y el penal de esa localidad, que recientemente fue allanado en el marco de esta misma causa, en uno de sus tramos.

Por estos días, el accionar de la justicia está marcado por un profundo hermetismo, el que contrasta con lo que sucede en el otro frente que tiene la investigación y sucede en el Congreso. Allí, en la Comisión Bicameral de Control y Seguimiento de Organismos de Inteligencia ya se presentaron dos de los agentes involucrados en el caso -quienes buscaron recusar a Villena, quien a su vez les rechazó las excarcelaciones- y también se citaron a otras personas. De allí salieron nombres, maniobras presuntamente ordenadas y acusaciones varias. 

A la causa de espionaje se llegó vía un narcotraficante, Sergio “Verdura” Rodríguez, involucrado en otra causa, que terminó confesando su vinculación con un abogado de la AFI. Esa fue la puerta de entrada a un caso que hoy tiene entre sus víctimas a CFK, Horacio Rodríguez Larreta, el periodista Hugo Alconada Mon, Emilio Monzó, Diego Santilli, Nicolás Massot y el obispo de Lomas, Jorge Lugones, entre otros. 

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El listado es largo y a medida que van presentándose los diferentes afectados, tras ser citados por Villena, este les muestra la prueba encontrada sobre ellos, como consecuencia de maniobras de espionaje. A veces, incluso, se vale de un pizarrón para graficar los hallazgos, tal como explicaron algunas de las víctimas. Incluso la propia CFK, la primera convocada en el caso. “Nadie sale igual que como entró después de ver lo que hay sobre ellos. Poco o mucho, pero nadie sale igual”, aseguró a PERFIL una fuente que conoce el caso. “Todo el que sale de hablar con el juez, sale diferente. Es impactante saber que se ha sido seguido”, detallaron las mismas fuentes.

Precisamente la prueba en el caso es uno de los puntos fundamentales. Aunque amplísima, aún no está relevada en su totalidad, por lo que se sigue trabajando en el tema. Villena se vale de su equipo de colaboradores más estrechos que, al igual que él, continuaron yendo a trabajar, con todos los recaudos del caso, aún en plena pandemia, para avanzar en el procesamiento del material. 

Desde allí no se desprenden ni un sólo elemento, ni diálogo que involucre espionaje al propio Papa Francisco, como explicaron a PERFIL fuentes que conocen el caso, las cuales negaron categóricamente que haya diálogos entre el máximo pontífice y el obispo de Lomas, Lugones. Las mismas fuentes negaron incluso que, al menos de momento, aparezca entre las víctimas el Procurador de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, quien en los últimos días fue mencionado como otra de posibles las víctimas. “De momento no hay absolutamente nada que dé cuenta que fue víctima de espionaje”, detallaron al tiempo que insistieron que todo en la investigación es paso a paso. 

El armado de la misma es casi como un puzzle. Mientras que primero se investigó y se realizaron varios allanamientos, luego la investigación acumuló las suficientes pruebas como para comenzar a citar a los afectados, la mayoría de los cuales se van constituyendo como querellantes. En el medio hubo un breve intervalo que incluyó una nueva serie de allanamientos. Esta vez los que apuntaron al rol del Servicio Penitenciario Federal (SPF)  para luego volver a los encuentros con las víctimas. Esta semana también hubo reprogramaciones, de hecho los Moyano iban a ir el miércoles y fueron pospuestos, luego de que Hugo, el mayor del clan, acusara una fuerte carraspera y prefiriera esperar. Deberán presentarse este próximo lunes. Por distintos motivos, más vinculados a cuestiones de la pandemia, se reprogramaron dos de los más esperados: Emilio Monzó y Nicolás Massot, quienes debieron testearse por covid, de lo que dieron negativo, pero por recomendación médica guardarán unos días en sus casas. Se trata de dos personas que conocerán material sobre el espionaje del que fueron víctimas. 

Todo eso es lo que está pautado, pero lo que viene es en realidad impredecible, tal como explican cerca de la causa que por ahora parece estar muy lejos de su techo.