Las CGT iniciaron ayer el camino a la unidad y se abrió la disputa por la nueva dirección. Las posiciones se dividen entre quienes quieren una conducción colegiada y los que pugnan por respetar el sistema orgánico, con un solo secretario general y la división de poder entre un triunvirato.
Por primera vez desde el cisma cegetista de 2012 que desdobló la representación entre las centrales de Hugo Moyano y Antonio Caló (Luis Barrionuevo se había apartado antes, al fundar su central Azul y Blanca), compartieron un acto en el Salón Felipe Vallese, con las imágenes de Perón y Evita flanqueando la mesa de dirección. El líder metalúrgico volvió al edificio donde ya se habían hecho tradición los cantos en su contra de los militantes camioneros.
Retornó también a la mítica sede de Azopardo el sector que lidera el taxista Omar Viviani, el Movimiento de Acción Sindical Argentina (MASA), un grupo de gremios que se había mostrado reticente a integrar este proceso pero que en las última semanas se unió al rebaño. Sumaban así gremios muy importantes, como la Unión Ferroviaria y el Smata. Con ellos, y las centrales de Caló, Barrionuevo y Moyano, se daba la convergencia completa del universo cegetista.
En total, participaron del Comité Central Confederal más de 200 organizaciones gremiales. La representación, según marcan las reglas de la central, ofrecía un delegado a los gremios con menos de 10 mil afiliados, dos para los que cuentan más de 10 mil pero menos de 50 mil, y tres para todos los que superen esta cifra.
El 22 de agosto próximo, el Congreso Confederal que definirá las nuevas autoridades tendrá una representación más proporcional, que dará un fuerte peso a los gremios más populosos, como Comercio, UPCN (estatales), Luz y Fuerza y Uatre (Peones Rurales). Sin embargo, todos reconocen que a la hora de la definición, primarán las negociaciones, donde entran en juego otros factores de poder.
A medida que se iban acreditando los congresales, los secretarios generales dejaban entrever las diferencias que vendrán. El líder de Canillitas, el diputado Omar Plaini, fue categórico a la hora de definir la estructura que desea para la futura CGT: “Un secretario general con sus secretarías y comisiones, como establece el estatuto”. En contraste, pocos minutos después, Víctor Santamaría, titular del gremio de Encargados de Edificio, opinaba en favor de un triunvirato.
A su turno, Héctor Daer (Sanidad), el hombre que suena más fuerte como posible secretario general de la CGT unificada, evitaba emitir una opinión definitiva sobre el tema: “Por supuesto que sonar (como posible líder cegetista) es un orgullo, pero esto no se define en términos personales”. Sobre los estatutos, admitió que “es como dice Plaini”, pero aclaró que será una responsabilidad colectiva “encontrar la mejor fórmula de conducción”.
El dato clave de ayer fue la foto. Ahora llegará el tiempo de las definiciones. Se hablaba de una mayoría de congresales favorables a Héctor Daer y un número insuficiente para el otro gran candidato, Juan Carlos Schmid. Sin embargo, los dirigentes que más experiencia tienen no se animan a aventurar un resultado: “Esto se define en la última media hora”, sintetizó uno de ellos.
Moyano se despide sin dejar herederos
Antes de recibir a los delegados de todos los sectores, la CGT Azopardo realizó la reunión de su propio Comité Confederal, con la presencia de representantes de 87 gremios. Fue la ocasión para que Hugo Moyano diera su discurso de despedida, tras cuatro mandatos al frente de una central cegetista, un récord que al camionero le gusta recordar en cada contacto con la prensa. “Renuncio al cargo, pero no a la lucha”, dijo el saliente secretario general apelando a la fórmula que utilizó Evita para declinar la postulación a la vicepresidencia. También aclaró que se va con “las convicciones intactas”.
El encuentro fue una virtual memoria y balance de la organización. La última reunión, donde quedará cerrado el ciclo de la CGT que se opuso al kirchnerismo en el último tramo del gobierno de CFK, será el próximo 14 de julio. Ese día terminará formalmente el mandato como secretario general y se realizarán los actos administrativos de cierre.
El camionero hace tiempo que piensa más en el mundo político del fútbol que en el sindical; su acto de despedida coincidió con la renuncia a la AFA de los presidentes de los principales clubes. Y ahora su futuro está centrado en lograr quedarse con el poder en la casa madre del fútbol argentino. Cerca del dirigente están convencidos de que hay una embestida del Gobierno en su contra, liderada por el titular de Boca Juniors, Daniel Angelici.
Moyano también ha desistido de postular en el proceso de sucesión a un heredero. Por un lado, los Camioneros fueron una pieza clave para elevar el protagonismo de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), cuyo secretario general, Juan Carlos Schmid, está en carrera por la secretaría unificada. Sin embargo, hace un mes algunos sectores de la CGT Azopardo retiraron su apoyo y
salieron a pedir un secretario moyanista “puro”. Uno de los nombres que intentaron impulsar es el del adjunto de Camioneros, su hijo Pablo