Tras el comienzo de una serie de casos de geriátricos, el Gobierno porteño encaró, desde hoy a la mañana, el refuerzo de operativos de control mientras analiza cambiar el protocolo de acción ante casos de Coronavirus en las residencias de adultos mayores.
Según confiaron a PERFIL fuentes oficiales, unos 80 funcionarios del área de Salud y de Desarrollo Humano arrancaron con la fiscalización de los 478 geriátricos que tiene la Ciudad, con capacidad para 25 mil plazas. En rigor, de ellos, 267 ya se habían controlado este año, con lo cual la idea del Gobierno porteño fue comenzar con aquellos que aún no habían sido visitados. “Desde hoy calculamos que nos va a llevar tres o cuatro días fiscalizar todos”, apuntan en la sede gubernamental de la calle Uspallata.
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En concreto, en las auditorías que viene realizando la Ciudad las principales irregularidades tienen que ver con la falta de personal (tanto médico como general), la falta de actualización de los libros y la falta de servicio alternativo de energía.
Para el control de los geriátricos en el Gobierno porteño existe un organismo dedicado a ello denominada “Unidad Ejecutora de Registro y Regulación de Establecimientos Geriátricos”. Allí hay un cuerpo de fiscalizadores que son los que, por rutina o motivadas en una denuncia, visitan las residencias.
En las inspecciones de rutina se suman funcionarios de Desarrollo Humano, de quien depende el área de Tercera Edad, y de la Agencia Gubernamental de Control.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia se suspendieron a partir del 16 de marzo las inspecciones de este tipo, “a efecto de reducir la cantidad de personas que ingresaban a los establecimientos geriátricos, con el fin de preservar a los residentes”, explicaron fuentes oficiales.
En el ministerio de Salud que comanda Fernán Quirós apuntan que hay “una responsabilidad de los dueños” de los geriátricos en el día a día y, “ante la eventual cuarentena del personal, son muy resistentes a efectuar nuevas contrataciones para reemplazar a quienes no pueden concurrir”.
Paralelamente, un equipo especial a cargo del viceministro de Salud, Daniel Ferrante, junto a un grupo de epidemiólogos está trabajando sobre un nuevo protocolo de acción para las residencias de adultos mayores. Entre otras cuestiones, implicaría mayor celeridad en los procesos y, aún en evaluación, testeos masivos. La letra chica del nuevo protocolo se estará definiendo en las próximas horas.