POLITICA
tras seis meses de gestion

Crecen las protestas contra el Gobierno pero no tienen conducción unificada

Sindicatos, agrupaciones políticas y piqueteros se muestran separados en sus acciones contra la administración de Cambiemos. El oficialismo había denunciado “golpismo”.

Corte. Organizaciones sociales paralizaron ayer el centro porteño con un piquete en el Obelisco.
| Pablo Cuarterolo<br>

El protocolo antipiquetes, las advertencias sobre acciones golpistas, a cargo de la diputada Elisa Carrió, y las medidas de contención social activadas por el oficialismo no logran todavía contener las protestas. Sin embargo, el Gobierno cuenta con un dato a su favor: no hay un eje de acciones comunes y las protestas crecen sin que se logre una convergencia sindical o piquetera para aunar la medidas contra el Gobierno.

Sindicatos, organizaciones sociales y agrupaciones políticas multiplicaron en una semana caliente las acciones directas. Ayer, grupos piqueteros mantuvieron un corte total de la 9 de Julio por más de dos horas. Un día antes, los taxistas en protesta contra Uber y organizaciones kirchneristas también habían generado un caos de tránsito con distintas acciones en el centro porteño.

El cóctel de conflictividad se completa con el plan de lucha que activaron los camioneros de Hugo Moyano (ver aparte), que afectó la provisión de combustible y la recolección de basura, y el paro de los controladores aéreos afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)que motivó suspensiones y retrasos en vuelos. Además, en distintas provincias se están replicando situaciones de protesta con el foco puesto en las tarifas y reclamos a los estados provinciales de Tierra del Fuego, Neuquén, Chaco y Jujuy, entre otras.

Las sugerencias desde la coalición gobernante -y algunos medios- sobre intenciones desestabilizadoras, que tendrían eje en organizaciones kirchneristas y no kirchneristas, no amedrentaron a piqueteros y organizaciones gremiales. Tampoco parecen haber moderado las protestas las medidas de asistencia y contención social anunciadas desde el gobierno nacional y la administración bonaerense de María Eugenia Vidal.

Más allá del fuerte impacto que tuvieron en la ciudad de Buenos Aires y algunas provincias, con afectación al tránsito, falta de provisión de combustible y otros inconvenientes que afectan el humor social en un momento delicado, las medidas de fuerza son parte de iniciativas dispersas y sin coordinación. De hecho, este jueves había dos marchas de cuño kirchnerista en dos puntos distintos del centro, sin que existiera una comunicación entre las organizaciones que las habían iniciado.

La CGT, que inició formalmente su proceso de unidad la semana pasada, contiene a una multiplicidad de posiciones difícilmente logre tomar medidas comunes en plena disputa por el poder. Las dos CTA, en tanto, no logran aunar en torno suyo una masa crítica que contenga en un plan de acción a los diferentes sectores. Son las ventajas con las cuales aún cuenta el Gobierno.

El grupo detrás de las capuchas

Este jueves, durante los múltiples cortes que se dieron en el centro porteño, hubo una imagen que destacó: dos mujeres militantes del grupo “Resistencia Popular” con las caras cubiertas. Las militantes forman parte de la agrupación al Movimiento Argentina Rebelde (MAR) que lidera Daniel Aguirre. Están afiliados a la CTA Autónoma (la vertiente de la central que se opuso al kirchnerismo) y su actividad se realiza en la provincia de Buenos Aires. La agrupación maneja comedores y cooperativas de trabajo en ese distrito. Según indicó Aguirre, participaron de la protesta del jueves porque  “hay medidas antipopulares que está tomando el Gobierno y hemos venido a buscar respuestas”. Aunque se los vinculó con el Grupo Quebracho, voceros de esta agrupación y otros referentes piqueteros confirmaron que compartieron acciones en el pasado pero que actualmente no tienen contacto.