Crímenes de Montoneros y relato K

"Quedó en la memoria el atroz aparato represivo que el gobierno militar montó en 1976, después del golpe que derrocó a Isabel Perón. Al tirar prisioneros al mar en los 'vuelos de la muerte' o entregar en adopción los bebés nacidos en los sótanos de la tortura se han convertido en símbolos de lo que el Estado fue capaz en materia de crímenes. Pero esto es sólo una cara de la moneda", apunta la periodista Sylvia Colombo en una nota publicada por el diario brasileño Folha de Sao Paulo el 2 de octubre.

Colombo, corresponsal de ese medio en Buenos Aires, entrevistó a representantes del CELTyV (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas), la organización no gubernamental encabezada por la abogada Victoria Villarruel.

"Creado en 2006, el CELTYV pide el juzgamiento y las reparaciones por los crímenes de la lucha armada, comparándolos con las actividades terroristas en España, perpetrados por la ETA vasca, o de Colombia, por las FARC. Actualmente existen 15 causas abiertas en diferentes provincias, aún sin victorias", señala la corresponsal.

"¿Tiene posibilidades de éxito? ", preguntó Colombo a Villarruel. "Honestamente, creo que no. Sólo continuamos porque no podemos quedarnos callados frente de un gobierno que decidió defender a un solo lado de la guerra de 70 años en su discurso sobre los derechos humanos", dijo la titular de CELTYV.

Además, la cronista apuntó: "Los grupos armados de izquierda como los Montoneros (...) actuó desde el comienzo de la década. Secuestros, torturas, atentados y asesinatos formaban parte del programa revolucionario".

"La bandera fue apropiada por el gobierno cuando Néstor Kirchner asumió el poder en 2003, cooptó a grupos como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los principales movimientos populares que pedían explicaciones por las desapariciones, y anuló las leyes de Obediencia Debida y Punto Final proclamado por Raúl Alfonsín al final de su gobierno. Sin ellas, los agentes estatales que llevaron a cabo torturas y ejecuciones por orden de sus superiores ya no tenían el perdón garantizado", agregó Colombo.

Sobre la postura del actual gobierno, la periodista aseguró: "El gobierno de Cristina Kirchner desalienta la investigación de las acciones de la guerrilla, que, debido a que son delitos comunes prescriben a los 15 años. Tanto el gobierno de Néstor como el actual, su viuda, ex militantes tienen un papel central. El procurador general de la Nación, Esteban Righi, fue un importante aliado de los Montoneros en el gobierno de Héctor Cámpora. Fueron Montoneros el influyente diputado Carlos Kunkel y Horacio Verbitsky, una especie de asesor especial de la Presidencia, acusados ​​de participar en ataques terroristas".

La polémica por las reparaciones. La cronista consultó sobre este tema al periodista Ceferino Reato, autor del libro Operación primicia, donde relata un ataque a los militares en el gobierno de Isabel Perón. Fue el 5 de octubre de 1975, en la provincia de Formosa, en el norte. Montoneros atacó un cuartel después de que secuestró un Boeing de Aerolíneas Argentinas.

"Los guerrilleros que murieron en ese ataque tienen monumentos en homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado y sus familiares recibieron indemnizaciones millonarias, en cambio los soldados muertos allí no son recordados por nadie en su país y sus padres sobreviven en la miseria, recibiendo una pensión bajísima. La diferencia entre un guerrillero muerto a un soldado muerto es para el Estado argentino, infinitamente mayor", señaló Reato.

La cronista también le pidió una opinión a Martín Caparrós: "'Estas víctimas sólo están hablando ahora debido a la presión de los grupos de derecha, para perjudicar a Cristina [Kirchner]. No me parece sano para el país en este momento que empecemos a ver a los militares como víctimas', dice el escritor y ex Montonero Martín Caparrós", publicó Colombo.

En tanto, también fue consultado por este tema el periodista Jorge Lanata, que aseguró: "Legalmente, el Gobierno tiene razón. Podría haber habido una mejor distribución de las reparaciones, porque eso fue realmente muy caótico. Pero el gobierno tiene razón al afirmar que un crimen del Estado es más grave que el de un crimen de un civil y darle más importancia a eso".

Sin embargo, Reato rebatió: "Hay una hegemonía del relato único del gobierno, de que sólo el Estado procedió mal y que esta gestión está reparando todas las atrocidades, pero lo que están haciendo es suprimir la responsabilidad de los guerrilleros convirtiéndolos en víctimas comunes. Eso no es cierto. La historia está siendo muy mal contada".