Cristina Fernández de Kirchner ya no lucha contra el “partido judicial”. Su batalla está en las urnas, porque sabe que desde Comodoro Py 2002 sólo tendrá malas noticias. Las decisiones de esta semana –con un nuevo llamado a indagatoria por Hotesur, el tercer procesamiento contra el empresario Lázaro Báez por la ruta del dinero K y la confirmación de la Corte Suprema de la denuncia de “traición a la patria”– le exhiben un horizonte complejo, en el que se avecina, además, una nueva citación que pedirá el fiscal Gerardo Pollicita porque la empresa Aerolíneas Argentinas alquiló habitaciones en hoteles K. A eso se le suma que, en medio de las elecciones, se reimpulsará la causa más antipática para la ex presidenta: la denuncia por encubrimiento a Irán que radicó en su contra el fallecido fiscal Alberto Nisman, y a la que se sumó la imputación de traición a la patria por la firma del fallido memorándum.
Según pudo saber PERFIL, en las próximas semanas tomará impulso el megajuicio por corrupción en su contra. Los jueces de la Sala I de la Cámara Federal, Leopoldo Bruglia y Jorge Ballestero, resolverán si confirman el procesamiento contra la ex presidenta como jefa de una asociación ilícita que le entregó obra pública al empresario Lázaro Báez. Como miembros de la banda figuran el ex ministro de Planificación Julio De Vido y el ex secretario de Obra Pública, José López, preso por tirar bolsos con millones de dólares en un convento. También el propio Lázaro, tras las rejas desde abril de 2016 y quien recibió el viernes por la noche el golpe que menos quería: todos sus hijos quedaron procesados junto a él por ser beneficiarios de las cuentas abiertas en Suiza para canalizar el dinero que se recibía de la obra pública y con el que luego se pagaban alquileres en hoteles, terrenos y viviendas de la familia Kirchner.
Sin Eduardo Freiler, apartado del tribunal y en medio de un proceso de jury por mal desempeño, los jueces Bruglia y Ballestero no sólo tienen que resolver sobre el expediente de obra pública. Esta semana se pronunciarían sobre la intervención que dictó el juez Claudio Bonadio en la causa Los Sauces, la causa donde –según la hipótesis judicial– quedaron expuestos los “retornos” de Lázaro y Cristóbal López.
En tanto, la Sala II de la Cámara Federal, un tribunal anti K según palabras de De Vido, deberá resolver si respalda el tercer procesamiento contra Báez, sus hijos y otros por la ruta del dinero. Y sobre todo si avala la remisión del expediente al juez Ercolini, sin que se haya llamado a indagatoria a Cristina Fernández. El fiscal Guillermo Marijuan la acusó der ser “coautora de lavado de dinero” por “los numerosos vínculos que demuestran su inexorable sociedad delictual”.
“Cristina está en campaña, en otra cosa y no atendiendo a este escenario que le están armando. No puede hacer nada por más que se ponga nerviosa. Ella va a ganar esta guerra en la política”, dicen a este diario en su entorno.
Con la confirmación del primer procesamiento por corrupción de Cristina, Ercolini avanza en una segunda etapa por la concesión de la obra pública y diseña el capítulo Hotesur, con indagatorias fijadas entre octubre y diciembre. Aquí también quedaron incluidos el diputado Máximo Kirchner y su hermana Florencia, ambos ya procesados por Los Sauces. Como adelantó ayer PERFIL, un eventual nuevo procesamiento de Cristina por Hotesur llegaría recién para 2018. Para esa altura la ex presidenta tendría fueros, pero eso no impediría el avance de las causas en su contra. Lo único que podría modificar su situación procesal es que algún tribunal pida su arresto.