La presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó hoy con tapado de cuero a votar al colegio Nuestra Señora de Fátima acompañada por el diputado camporista Matías Bezi y Virgina García, cuñada de Máximo Kirchner.
Mientras esperó a que fuera su turno para entrar al cuarto oscuro, la jefa de Estado conversó con los ciudadanos congregados en el lugar y se sacó selfies y fotografías con ellos que esperaban detrás de un vallado, cubierto con una extensa bandera argentina su llegada.
Consultada sobre cómo se siente hoy, expresó: “De una manera muy particular, ustedes saben que siempre que me ha tocado emitir el voto lo he hecho en el marco de la jornada democrática, pero en este caso es algo mucho más especial. En este caso siento que estamos cumpliendo una promesa, que un 25 de mayo de 2003 un santacruceño le hizo a todos los argentinos”.
La jefa de Estado rememoró entre lágrimas a su marido fallecido y ex presidente de la Argentina, quien prometió a la sociedad llegar a tener un país normal: “Y la verdad es que hoy estamos votando en un país normal, en estos años de democracia estábamos votando en medio de crisis”. “Nivel personal no hay cuando una es presidenta, las cuestiones personales se dejan de lado, hablo siempre en términos institucionales, políticos”, sostuvo al ser consultada sobre qué siente como persona y no como jefa de Estado.
Cuestionada sobre qué considera que va a dejar su gestión en estos ocho años en el sillón de Rivadavia, disparó: “Eso pregúnteselo a los historiadores querida”. Sobre su futuro político después del 10 de diciembre, afirmó que “haré lo que hice siempre, militar”.